El 9 de febrero, Lauren Walker publicó una foto de un montón de jeringuillas y pastillas que rodeaban a dos pijamas de bebé. En uno pone “Merece la pena la espera” y en el otro “Y la espera y la espera y la espera”. En el pie de foto explica que Garyt, su marido, y ella van a tener mellizos, un niño y una niña, en agosto.
“Rezamos 953 días…”, escribe Walker. “452 agujas. 1000 lágrimas, una operación, 4 letrozol/clomid, 2 fecundaciones in vitro, 3 transferencias fallidas y 1 increíble Dios”.
Según la futura madre, los dos le dieron muchas vueltas a la forma de anunciar el embarazo. “Todo lo que se nos ocurría no les hacía justicia a los bebés. Ni a nosotros, teniendo en cuenta todo lo que hemos tenido que pasar durante estos años”, escribe.
Walker publicó una foto de su perro, Fenway, que también estaba “harto de esperar”.
“Colocar esta cantidad de jeringuillas para la foto fue surrealista”, recuerda. “Hay un montón de dolor, esperanza y miedo detrás de cada una de esas jeringuillas”.
“Cada una de ellas representa un día distinto, un camino distinto, un sentimiento distinto. Es mucho que asimilar. Después de llorar un buen rato, cuanto más las miraba, más se desdibujaban. Ahora lo único que veo son estos pijamitas que resumen perfectamente nuestro viaje. Merece la pena la espera. Y la espera y la espera y la espera”.
La futura madre se sinceró al hablar de sus problemas de fertilidad.
Walker rememora algunos de los momentos más duros. “Una de las peores cosas fue pasar por un ciclo completo y perder un embrión tras otro; cinco, concretamente”, recuerda. “Llegar tan lejos para luego acabar teniendo un aborto. Llegar a ese punto en el que se desvanecía la esperanza, el dinero y todo lo que podrían haber sido nuestros hijos”.
Aunque la experiencia la dejó física, emocional y espiritualmente agotada, según cuenta Walker, lo que le hacía seguir adelante era la fe cristiana y el apoyo incondicional de su marido. Así describe el papel de Garyt en esta lucha:
Tiene paciencia cuando yo no la tengo. Y, lo que es más importante, me enseña a ser paciente. Mantiene la calma. Es amable. Sabe cómo comunicarse conmigo cuando parece que los demás se limitan a decirme cosas bonitas. Incluso cuando él también está sufriendo, solo se preocupa por mí. Cosa que hace que yo me preocupe por él, así que lo único que hacemos algunas noches es cuidar el uno del otro. Son noches duras, pero también son especiales. Él es quien me recuerda que me tengo que tomar una pastilla. Él es quien me recuerda que me tengo que poner un parche. Es mi farmacéutico personal. El que está al tanto de las inyecciones e incluso a veces me las pone. El que me da conversación todos los días. Mi motivador. Es la razón por la que soy tan fuerte. Es mi marido y el padre de mis hijos. Lo es todo para mí. Estos niños no saben la increíble suerte que tienen de que seas su padre. Te quiero muchísimo. No puedo esperar para vivir esta nueva aventura.
Walker reconoce el apoyo de su marido, que la ha ayudado a pasar por este viaje tan tortuoso.
Walker espera que su historia sirva para dar esperanza a otras parejas que estén sufriendo problemas de fertilidad. Y acaba con un mensaje para sus hijos que aún no han nacido, a los que Garyt y ella han llamado Duke y Diana.
“Ya os queremos muchísimo”, escribe. “Mamá y papá están deseando cogeros en brazos, porque se han pasado toda la vida llevándoos en el corazón”.
La publicación de Walker ya lleva más de 800 me gusta. Según cuenta la futura madre a la edición estadounidense del HuffPost, compartió la foto para comunicar la noticia a sus amigos y familiares y no puede creerse lo lejos que ha acabado llegando.
Se espera que los mellizos nazcan en agosto.
“Quería transmitirle, además de todo lo que hemos tenido que pasar, una sensación reconfortante y esperanzadora a todas las que estén experimentando dificultades para quedarse embarazadas”, aclara
Walker ha recibido mensajes de amigos, familiares e incluso desconocidos que le agradecen que haya hablado públicamente de las dificultades que ha pasado y que haya compartido su historia. En sus propias palabras, este tipo de respuestas son las que hacen que la publicación valga la pena.
“Con poder ayudar aunque sea a una persona que esté lidiando con problemas de fertilidad y que tenga uno de esos días (que todos hemos tenido), soy feliz”, afirma Walker.