La implantación, esto es, el proceso por el que el embrión se adhiere a la capa que recubre el útero, el endometrio, para, a partir de ahí, empezar a crecer y desarrollarse, es uno de los momentos más importantes dentro de todo el contexto que rodea al inicio del embarazo.
En los casos en los que se está siguiendo un procedimiento de reproducción asistida, significa, por decirlo de alguna manera, la culminación de la primera fase de una experiencia en la que tú y tu pareja habéis tenido que someteros a distintos procesos: desde la estimulación ovárica y la preparación del endometrio a la extracción de óvulos, pasando por la fecundación in vitro (FIV) y, finalmente, la transferencia de los embriones en el interior de tu útero.
Fallo de implantación blastocisto
Sin embargo, en algunas ocasiones, ese paso adelante que supone la puesta en marcha dentro del útero de todo el “mecanismo” implicado en que el embarazo progrese adecuadamente, no se produce como consecuencia de un fallo en la implantación del blastocisto o cultivo largo de embriones, que es el nombre que recibe el embrión que se encuentra en los días 5-7 de desarrollo, momento más adecuado para realizar la transferencia y favorecer su adherencia a esta zona del organismo femenino.
Lo que ocurre en estos casos es que el endometrio no está lo suficientemente receptivo como para que el embrión se adhiera a él y éste, a pesar de ser viable, se pierde.
Aunque se trata de una situación que se puede producir tanto cuando se busca un embarazo de forma convencional como al recurrir a una FIV, en este último caso suele generar una importante frustración, ya que, a diferencia de lo que ocurre en los embarazos naturales, en los que esta situación pasa inadvertida porque no es posible conocer el momento exacto en el que el embrión se adhiere al útero, en los procedimientos se reproducción asistida se asiste, prácticamente al minuto, a cada fase y por tanto también al momento en que se produce este fallo.
De hecho, y según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), el fallo de implantación supone actualmente la primera causa por la que no se consigue el éxito en una FIV.
Como se explica desde esta sociedad, se entiende por fallo de implantación repetido cuando, una vez superadas las fases previas y transferidos los embriones al útero materno, no se consigue el embarazo después de 3 ciclos de FIV completos.
Por otro lado, los fallos de implantación también se pueden producir en los casos de embarazo por ovodonación, ya que a pesar de que los óvulos sean de buena calidad y de que el desarrollo del embrión se ajuste a las condiciones óptimas para ser transferido, la implantación no se realiza con éxito.
Fallo de implantación: causas
Respecto a cuáles son las causas del fallo de implantación, la realidad es que en un buen número de casos no se pueden determinar con exactitud. Los desencadenantes pueden ser de distinto tipo y tener su origen en los tres “elementos” implicados en todo el proceso: la madre, el padre y el embrión en sí mismo. Estos son algunos de los factores que se relacionan con esta situación:
- Causas relacionadas con el útero: malformaciones, miomas, pólipos, endometriosis.
- Determinadas enfermedades: alteraciones endocrinas (diabetes, problemas de tiroides), patologías autoinmunes.
- Alteraciones del embrión: problemas genéticos del óvulo o los espermatozoides, determinadas características embrionarias.
Con el objetivo de detectar y minimizar el riesgo de que los factores relacionados con los embriones produzcan un fallo en la implantación, los especialistas en reproducción asistida están haciendo cada vez más esfuerzos para afinar en la selección de los embriones que se transfieren y en el estudio y detección de posibles anomalías, recurriendo para ello a las técnicas más punteras.
Asimismo, ante un fallo de implantación repetido, los especialistas recomiendan que la pareja se someta a un estudio completo, que incluye el cariotipo de ambos y la realización de determinadas pruebas. Una de las indicadas en este caso es la histeroscopia, el estudio de la cavidad uterina de la mujer. Otras pruebas y análisis que pueden ofrecer información sobre la causa de este fallo son:
- Perfil genético de riesgo de fallo implantatorio.
- Estudios específicos: inmunológico, de trombofilias…
- Determinación de los niveles de progesterona el día de la transferencia embrionaria.
- Una ecografía de alta resolución para valorar mejor el estado del útero.