La fertilización in vitro brinda mejores resultados cuando se utilizan gametos frescos. O sea: En el caso de parejas heterosexuales, a la mujer se le induce la ovulación mediante tratamiento hormonal. Una vez que los ovocitos han madurado lo suficiente, se extraen de los ovarios. Ese mismo día, el hombre lleva una muestra de semen, y los espermatozoides se preparan para realizar la fertilización in vitro. Los espermatozoides además pueden utilizarse tiempo después, si han sido preparados y luego congelados y guardados en nitrógeno líquido (-196 °C). Las técnicas de preparación, congelación y descongelación de espermatozoides llevan ya mucho tiempo siendo utilizadas con muy buenos resultados. El uso de espermatozoides congelados ha permitido que muchísimas mujeres sin una pareja del sexo masculino puedan ser madres, así como aquéllas cuyo compañero es infértil.
Es posible también realizar la fertilización in vitro y luego congelar los embriones para su uso posterior. Esto también se realiza desde hace mucho con buenos resultados. En casos donde hay riesgo de que los hijos hereden ciertas enfermedades, algunas de ellas fatales y otras que causan serias limitaciones a la calidad de vida de las personas, se pueden evaluar los embriones para implantar los embriones sin ese defecto genético.
Los ovocitos se pueden congelar también, aunque no tan fácilmente como los espermatozoides o embriones. Se utiliza el congelamiento de ovocitos cuando la mujer pasará por un tratamiento que pudiera dañarlos, tal como algunas terapias contra cáncer. También, cuando la mujer tiene un problema de salud; esto permite que los ovocitos se evalúen para detectar trastornos genéticos y luego fertilizar sólo los ovocitos sin esos defectos. Y también pueden congelarse cuando la mujer es joven y no desea tener hijos sino hasta después por razones profesionales o personales y no tiene una pareja con la que está completamente segura de querer tener hijos en el futuro. Los mejores ovocitos se producen cuando la mujer está seguramente todavía estudiando en la universidad o iniciando su vida profesional y posiblemente antes de casarse o tener una relación estable. El uso de ovocitos congelados también abre la puerta al uso de ovocitos donados.
Como investigadora en el área de reproducción, el congelamiento de ovocitos, especialmente si la extracción se realiza en mujeres jóvenes, me entusiasma. Creo que la técnica mejora las posibilidades de poder tener hijos sanos cuando la mujer o la pareja está en una situación estable a nivel social, profesional y económico, lo cual a su vez repercute en bienestar para sus hijos. Obviamente una madre “añosa” (de más de 25 años al nacimiento) sí tendrá menos energía y el embarazo posiblemente le sea más pesado. Pero a la vez posiblemente tendrá una madurez emocional que le permitirá ser mejor madre a nivel de la crianza y bienestar del hijo. Un mayor uso de ovocitos congelados hará que las técnicas se perfecciones y finalmente favorecerán a mujeres que requieren estas técnicas para poder tener hijos después de un tratamiento que de otra forma causaría esterilidad. Mejores técnicas de congelamiento y procesamiento de ovocitos también harían que se congelaran los ovocitos en lugar de embriones, lo cual a mí me agrada mucho más.
La semana pasada se anunció que Facebook y Apple ofrecen u ofrecerán dentro de su seguro médico para sus empleadas la posibilidad de congelar ovocitos, en caso de desear posponer embarazos. Después salió a la luz que otras empresas ya lo hacen o lo planean ofrecer también. Estas noticias han sido recibidas con cinismo, diciendo que es otra forma de hacer que sus empleadas trabajen al máximo. Sin embargo, el posponer el embarazo es una realidad. Yo misma pospuse el embarazo hasta después de terminar el doctorado, otras mujeres lo hacen mientras están luchando por obtener una plaza definitiva en una universidad, o llegar a ser socias de un bufete de abogados, terminar la residencia médica, etc. El que esa posibilidad esté presente no significa que una esté obligada a hacerlo y muchas mujeres que no esperan o no les interese subir en los escalafones corporativos no tendrán motivos profesionales para utilizar esta técnica, tal vez sí personales por no haber conocido a alguien con quien quisieran tener hijos, no estar listas para comenzar una familia, etc.
En fin, tanto por la parte profesional y personal como por la parte del desarrollo y perfeccionamiento de técnicas que puedan servir a mujeres o parejas que por motivos médicos tengan que usarlas, le veo muchísimos más pros que contras.