El incremento de los tratamientos de fertilidad lleva consigo un aumento de las gestaciones múltiples, aunque éstas han existido siempre y, si bien hace años las madres no sabían que llevaban más de un bebé en su interior hasta el momento del parto, hoy en día las ecografías nos lo confirman en unas semanas, antes de que termine el primer trimestre.
Hasta que no lo afirme un médico, no sabremos con seguridad si llevamos en nuestro interior más de un niño, pero sí es verdad que, a escala general, se dan algunas circunstancias que pueden servir de pista o, al menos, intuición.
Altos niveles de hCG
Como la mayoría sabréis, el embarazo se suele detectar en la mayoría de las pruebas (caseras, de orina o de sangre) por la presencia de la hormona hCG (popularmente llamada ‘hormona del embarazo’) en el organismo de la futura madre.
Pues bien, cuando la gestación es múltiple, los niveles de esta hormona se multiplican. ¿Cómo lo sabemos? Mediante un análisis de sangre, una de las pruebas que determinan de forma definitiva, no solo si existe o no un embarazo, también la cantidad de hCG que circula. Si esta cantidad está por encima de la media, puede darse el caso de que la futura madre lo sea de gemelos o mellizos.
Aunque tampoco tiene por qué ser así, ya que existen casos de mujeres que esperaban un solo hijo pero sus niveles de hCG eran también muy altos. Es una señal que debemos tener en cuenta, si bien no es definitiva.
Síntomas más intensos
Otra circunstancia que puede llevarnos a pensar en una gestación múltiple es la intensidad de los síntomas típicos durante el primer trimestre, el periodo más crítico. Como siempre, recordamos que cada mujer es un mundo; para algunas, el embarazo es un proceso tranquilo sin muchos sobresaltos y, para otras, es una carrera de obstáculos.
Los síntomas, en general, se deben a la revolución hormonal que tiene lugar en el cuerpo de la futura mamá. Por ello, es lógico pensar que, si en el útero hay más de un embrión, la montaña rusa de hormonas será mucho mayor y, por ello, los síntomas más intensos.
Los más normales son las náuseas y vómitos severos a primera hora de la mañana. Es difícil saber si éstos son o no más intensos si se es madre primeriza, pero para aquellas que sean veteranas podrían detectarlo más fácilmente.
Puede ocurrir también que sientas una fatiga o un cansancio extremos, un síntoma de lo más normal pues has de tener en cuenta que tu cuerpo está dando forma a más de una vida nueva.
Por último, y quizás más evidente, es el aumento temprano del útero y, en consecuencia, de la tripa de la madre, mucho antes en gestaciones múltiples. Al dar cabida a más de un feto, el ritmo de aumento de peso y del tamaño de la barriga será mucho más rápido. Así que si notas que tienes que cambiar de pantalones demasiado, rápido, puede que estés esperando gemelos o mellizos. Aún así, y como siempre recordamos desde estas páginas, es a tu médico a quien tienes que consultar cualquier duda o inquietud con respecto al embarazo.