Con la perspectiva que da el tiempo, ¿Cómo valora su experiencia en Tahe Fertilidad?
Para mí ha sido un orgullo formar parte del equipo humano que ha hecho que un proyecto tan ambicioso como es Tahe Fertilidad llegue a buen puerto. Hace 10 años era una idea que nacía con la ilusión de crear un modelo diferente de clínica de infertilidad, un modelo en el que lo primero fueran las necesidades de los pacientes y donde el trato de nuestros profesionales esté centrado exclusivamente en ellos. En la clínica todo está diseñado para que se sientan cómodos. Disponemos de salas de espera individuales que permiten a los pacientes estar más tranquilos y relajados, manteniendo su intimidad, mientras esperan a ser atendidos. Sus habitaciones son amplias, acogedoras y muy luminosas, lo que crea un clima de tranquilidad que siempre es positivo para el paciente ante una situación estresante, como puede llegar a ser la punción folicular o la transferencia de embriones.
En este tiempo he tratado con muchos pacientes, cada uno con una historia diferente, y por tanto con unas necesidades distintas. Te sientes muy realizada cuando consigues empatizar con las personas que tienes frente a ti y les ayudas a cumplir su sueño.
En estos 10 años la sociedad ha cambiado mucho, lo que hace unos años nos parecían dogmas intocables hoy se ven desde otro punto de vista. ¿Se ha notado este cambio en los centros de reproducción asistida?
La realidad es que sí. En primer lugar, la sociedad ya no ve tanto la infertilidad como un estigma, sino como una enfermedad que hay que tratar. El perfil del paciente que acude a los centros de fertilidad es diferente al de hace 10 años, hoy en día ya es muy raro que el varón no acompañe a su pareja, y asume que la infertilidad es un problema de los dos.
Por otro lado, los modelos de familia en nuestra sociedad han cambiado, y esto se refleja en las personas que acuden a los centros de fertilidad. Hay muchas mujeres que deciden ser madres solas, o junto a su pareja del mismo sexo. Esto sería inviable sin las clínicas de fertilidad.
¿Ha cambiado mucho la reproducción asistida con los avances tecnológicos de los últimos años?
Por supuesto, en estos 10 años se han incorporado nuevas técnicas como la vitrificación de ovocitos y embriones o los incubadores con time-lapse, que han ayudado a los embriólogos a elegir los embriones con más capacidad de implantación, y así incrementar las tasas de éxito. El diagnóstico genético preimplantacional ha dado un salto hacia delante muy importante con la mejora de las técnicas diagnósticas. Esto nos puede llevar en un futuro a la eliminación de enfermedades hereditarias dentro de una familia.
Pero, sobre todo, ha cambiado la forma de trabajar de las clínicas. El laboratorio ha pasado a ser uno de los pilares de los centros, y la implementación de equipos multidisciplinares, psicólogos, nutricionistas, andrólogos, acupuntura, yoga, etc., nos ayuda a acompañar al paciente física y emocionalmente durante este difícil camino.
En el año 2013 nació la Cátedra Tahe Reproducción Humana de la Universidad de Murcia. ¿Qué supuso este hecho para Tahe Fertilidad?
Supuso la institucionalización de lo que la Universidad de Murcia y Tahe Fertilidad llevaban haciendo desde la apertura del centro, que ha sido el intercambio de conocimiento en el campo de la biología y medicina de la reproducción entre profesionales y estudiantes de ambas entidades.
«En la clínica todo está diseñado para que se sientan cómodos»
Pretendemos que la Cátedra Tahe Reproducción Humana Universidad de Murcia sea un punto de encuentro entre la Universidad de Murcia y Tahe Fertilidad, con el fin de promover la formación, el debate, la reflexión y la investigación en el campo de la biología y la medicina de la reproducción humana en la Región de Murcia.
Recientemente hemos emprendido otro proyecto con fines sociales, el de la Fundación Tahe Fertilidad. Ésta pretende promover la educación reproductiva en la Sociedad Murciana.
Tras 10 años de andadura de Tahe Fertilidad, ¿De qué se siente más satisfecha de la labor del Centro?
La respuesta más obvia es de los nacimientos que hemos conseguido estos años, ya que hemos hecho inmensamente felices a muchas personas, ayudándoles a cumplir el sueño de ser padres.
Pero también me siento muy satisfecha de que llevemos 2 años ayudando a la mujer de Murcia en tratamiento oncológicos, gracias al acuerdo al que llegó la Cátedra Tahe Reproducción Asistida y la Fundación Tahe Fertilidad con la Unidad de Reproducción del Hospital Virgen de la Arrixaca, por el cual las pacientes oncológicas que fueran derivadas a dicha unidad podrían preservar su fertilidad vitrificando sus ovocitos en Tahe Fertilidad, haciéndose cargo la Unidad de Reproducción del Hospital Virgen de la Arrixaca de la estimulación ovárica de las pacientes y Tahe Fertilidad del proceso de obtención y vitrificación de los ovocitos. En este tiempo, 17 mujeres han preservado su fertilidad gracias a la técnica de vitrificación.
Para finalizar, ¿Qué le recomendarías a una persona que necesita acudir a un centro de reproducción asistida?
Lo primero es que no lo demore mucho, una pareja que lleve un año con relaciones sexuales sin protección y no haya conseguido embarazo debería consultar con un especialista en infertilidad, y si la mujer es mayor de 35 años, esos 12 meses habría que reducirlos a 6. Que se decida por un centro donde se sientan cómodos, en mi opinión es muy importante. Un tratamiento de reproducción asistida es una carrera de obstáculos, y se puede hacer muy dura, por tanto si se lleva a cabo el proceso en un entorno que nos hace sentir bien será más fácil de llevar.