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Identidad del donante: punto discutido en la ley uruguaya de reproducción asistida



El artículo 2 del proyecto dice: “Las entidades públicas y privadas que integran el Sistema Nacional Integrado de Salud, deberán garantizar dentro de las prestaciones integrales de asistencia que obligatoriamente deben brindar a sus usuarios, la posibilidad de la realización de los estudios necesarios de diagnóstico de la infertilidad y/o esterilidad, así como el tratamiento, el material descartable y otros estudios requeridos, el asesoramiento y la realización de los procedimientos terapéuticos de Reproducción Humana Asistida de alta y baja complejidad”.

El proyecto determina cuáles son los requisitos para acceder a este tratamiento y establece una detallada regulación del uso y donación de gametos (células reproductivas) .

El diputado que informó del proyecto fue el frenteamplista Álvaro Vega, que hizo una larga explicación de cada punto. Explicó que el trámite en comisión fue complejo, que se trabajó mucho, se negoció, pero que no surgió el proyecto ideal.

“Ésta es una ley absolutamente necesaria que vamos a votar con la mayor de las amplitudes, teniendo claro que no es la ley mejor del mundo, que no es la que nos conforma del todo, pero que es la única posible que va a permitir que estas cosas que están transitando por un camino que tiene una regulación exclusivamente ética, pasen a integrar un camino de legalidad”, expresó durante la sesión.

El primer proyecto de reproducción asistida que se presentó al Parlamento fue del senador Alberto Cid en 1996. En esta misma legislatura el diputado Luis Lacalle Pou presentó otro proyecto.

Según Vega este es un proyecto inspirado en el de Cid pero fue la gestión de Lacalle Pou la que hizo que este proyecto se moviera.

Vega dijo que lo que hace este proyecto es sacar el tema del ámbito ético de cada profesional y darle un marco jurídico, lo que también implicaría sacarlo de la clandestinidad. Además cuestionó los argumentos que critican este proyecto desde un plano moral o religioso, porque consideró que quienes creen que deben respetar la voluntad de Dios no tienen derecho a imponerle a los demás su manera de vivir.

“¿Por qué quienes no viven esa situación deberían estar obligados a transitar la clandestinidad para poder aplicarse técnicas de reproducción asistida? ¿Por qué tenemos que obligar a los demás a vivir como a nosotros nos parece que hay que vivir, cuando en realidad lo que quieren es generar un hijo, y quienes tenemos hijos sabemos el valor que tiene eso?”, se preguntó el diputado.

El proyecto fue votado por unanimidad, pero el articulado no. Hubo legisladores como Daniel Radío (Partido Independiente),Antonio Chiesa y Gerardo Amarilla (Partido Nacional) se opusieron a algunos artículos.

Otro punto en el que no hubo acuerdo fue en el de la identidad del donante. El proyecto establece que “sólo en circunstancias extraordinarias, que comporten un comprobado y grave peligro para la salud psicofísica del hijo, se podrá revelar la identidad del donante”.

Para referirse a este artículo, el diputado Vega recurrió a una situación hipotética. “Imagínense que uno done esperma un día, y le apareciera 18 años después alguien a la puerta diciéndole ‘vos sos mi padre’. La identidad es civil, no genética. Que el niño tiene derecho a conocer cómo fue engendrado: eso lo dispondrán los padres. Nosotros les damos la libertad de que lo digan o que no lo digan”, dijo.

El diputado independiente Radío no estaba de acuerdo con este punto y respondió a Vega. “El tema del conocimiento del origen no es trivial. Tiene que ver con el derecho a la identidad, y forma parte de los derechos esenciales consagrados en el Código de la Niñez y la Adolescencia. La fórmula propuesta en este proyecto lleva a obstaculizar el conocimiento de la identidad. La formulación debería incluir, en todo caso, todos los recaudos para que el conocimiento de la identidad del donante no generara derechos de tipo sucesorio, alimenticio, pensionario u otras obligaciones, pero asegurando la satisfacción de este derecho (a la identidad) porque entendemos que este derecho es jerárquicamente superior a la norma que se pretende sancionar”, dijo.

Este artículo que refiere a la identidad del donante fue el único punto que se discutió. El intercambio de ideas fue muy respetuoso y con una clara intención de un diálogo constructivo. Las exposiciones de los diputados hicieron mucho más hincapié en felicitar el trabajo de la comisión que en levantar el tono de voz.

En todos las participaciones el tono fue de que era un proyecto necesario de aprobar, pero perfectible.