En las últimas dos décadas, las mujeres en España han retrasado considerablemente la edad en la que tiene su primer hijo, debido principalmente a motivos laborales y económicos. Esperar para ser madre puede acarrear dificultades para lograr el embarazo e incluso puede llevar a situaciones de infertilidad, por lo que cada vez más mujeres tienen que recurrir a una donante de óvulos. De hecho, en la última década la donación de óvulos se ha multiplicado por diez, pasando de 1.340 a 11.700, según los datos estadísticos de reproducción asistida en Cataluña del Departament de Salut de la Generalitat.
Para evitar que las mujeres que quieren ser madres en una edad avanzada tengan que recurrir a donantes de óvulos, la investigación y la innovación se centran ahora en preservación de la propia fertilidad. De hecho la congelación de óvulos ha aumentado en un 65% en los últimos años en España, pasando de 2.174 vitrificaciones en 2009 a 3.601 vitrificaciones en 2014, según últimos datos registrados por la Sociedad Española de Fertilidad.
La vitrificación es la técnica recomendada para preservar óvulos sanos que se puedan utilizar en futuros tratamientos de fertilidad. Cualquier mujer puede someterse a esta técnica, aunque lo recomendable es que tengan menos de 35 años, ya que con el paso del tiempo la reserva ovárica (calidad y cantidad de óvulos) se va reduciendo hasta llegar a la menopausia. En cifras, la reserva ovárica de una mujer pasa de un millón de ovocitos nada más nacer a unos 100.000 ovocitos pasada la treintena.
“Lo más importantes es que las mujeres estén bien informadas para tomar una decisión a tiempo. El problema que nos encontramos ahora es que cuando una mujer se plantea conservar sus óvulos con más de 38 años no suele ser lo óptimo, porque la cantidad y calidad no es igual que cuando tiene 30 años” explica el Dr. Luis Zamora, director de la Clínica Barcelona IVF. “Las técnicas de preservación han mejorado mucho y ahora las posibilidades de éxito de embarazo dependen más de la edad a la que fueron congelados los óvulos y del número disponible”, asegura.
Por este motivo, la Clínica Barcelona IVF impulsa la campaña “¿Se puede detener el reloj biológico?” para concienciar a las mujeres que se planteen ser madres después de los 35 de la necesidad de conservar sus óvulos antes, cuando son abundantes y de calidad. Durante una semana todas aquellas mujeres interesadas en conocer su estado de fertilidad y sus posibilidades reproductivas podrán acercarse a la Clínica Barcelona IVF donde los médicos especialistas les realizarán pruebas gratuitas. La campaña se pone en marcha con motivo del Día Mundial de la Fertilidad, que se celebra este domingo 4 de junio.
La edad media de las mujeres para ser madres en España ha aumentado hasta los 30,6 años,
La tasa de embarazo desciende a medida que pasan los años y mientras que con 25 años, las posibilidades de logarlo son de un 25% por ciclo, con 35 son del 12%.
Hace 10 años que las técnicas de vitrificación empezaron a utilizarse en España, en muchos casos por motivos médicos, cuando las mujeres tenían que someterse a un tratamiento que podía afectar su fertilidad. Pero actualmente cada vez hay más pacientes que las demandan por motivos sociales, cuando no se plantean ser madres a corto-medio plazo pero quieren mantener la opción de un proyecto reproductivo con sus propios óvulos más adelante.
Un procedimiento sencillo
Las mujeres que quieran congelar sus óvulos tienen que someterse primero a un proceso de estimulación ovárica a través de inyecciones. Cuando se hayan desarrollado suficientes folículos en los ovarios, se procede a la extracción por punción. Es una técnica ambulatoria que se realiza con una sedación suave y tras la cual la paciente puede volver a casa.
Los principales consejos para las mujeres que consideren someterse a este proceso vitrificación es acudir periódicamente a revisiones ginecológicas para detectar cualquier problema que pudiese producirse y realizar un seguimiento de su sistema reproductivo con cualquier edad. El segundo paso sería realizar una prueba diagnóstica de reserva ovárica como una ecografía con recuento de folículos antrales o la determinación de la de la hormona antimülleriana (AMH)