Cuando una pareja decide someterse a un tratamiento de reproducción asistida, lo primero y más importante es hacer un buen estudio de fertilidad a ambas partes, para conocer así las causas que les impiden conseguir el embarazo.
Hay varias pruebas que podemos realizar para determinar vuestro grado de fertilidad, y que nos ayudan a saber cuál será el tratamiento más adecuado para ti y tu pareja.
Una de las técnicas más novedosas y fiables es el análisis de la Hormona Antimuleriana, llamada también hormona inhibidora mülleriana. Esta hormona es una proteína que tienen tanto las mujeres como los hombres, aunque en localizaciones diferentes, y las funciones varían también según el sexo.
En la mujer, esta hormona es una sustancia que segregan los folículos ováricos e indica la cantidad de ovocitos que tiene en los ovarios. En otras palabras, lo que nos revela es la calidad y la cantidad de óvulos de la mujer, y la posible respuesta ante una estimulación de los ovarios en un tratamiento de reproducción asistida.
En los varones, esta hormona es la encargada de impedir la formación de los conductos de Müller, los niveles durante la adolescencia suelen ser muy altos y en las edades adultas son bastante bajos.
El análisis de la Hormona Antimuleriana es muy sencillo, y su resultado se obtiene en escasos días. Unos valores altos de Hormona Antimuleriana (AMH) nos indican que obtendremos unos resultados óptimos con las diferentes técnicas de reproducción asistida. En estos casos suelen coincidir con bajos niveles basales de FSH o foliculoestimulante (hormona de tipo gonadotropina), que es sintetizada por la hipófisis y es la encargada de regular el ciclo reproductivo. Esta hormona FSH, es secretada tanto por la mujer como por el hombre.