Sue Tollefsen, que tuvo a su bebé a sus 57 años, es la madre primeriza más mayor del Reino Unido. Sin embargo, cuatro años después dice que se arrepiente de haber esperado tanto tiempo.
A finales del año pasado, Sue contrajo una infección sanguínea que la ha tenido durante meses postrada e incapaz de cuidar de su hija. Según ha explicado al Daily Mail, cree que hizo mal esperando tanto para dar a luz. “los 50 años deberían ser la edad límite para convertirse en padres”, ha subrayado.
La británica tiene ahora 61 y es profesora retirada. Durante su enfermedad, pensaba que iba a morirse y por primera vez se dio cuenta de que quizás no vería crecer a la pequeña Freya. “Hasta que no tienes un hijo, es casi imposible apreciar eso”, en referencia a la cantidad de energía necesaria para cuidarlos. Su experiencia materna se produjo por fecundación in vitro, mediante un óvulo de donante y esperma de su compañero sentimental de entonces, Nick Mayer. El tratamiento de fertilización lo tuvieron que hace en Rusia (en Gran Bretaña, las clínicas se negaban por su edad) y costó unas 15000 libras.
En aquel momento, se defendió de las críticas explicando que su pareja era 10 años menor, y que además se sentía plena de energías para acometer la tarea. Sin embargo, las cosas no han sido fáciles para Sue: incluso se ha enfrentado al rechazo de otros padres de su entorno que la tachan de egoísta.
Poco le importa eso ahora, por lo que se puede deducir de sus palabras. Sólo desea vivir lo suficiente para ver a su hija ir a la Universidad, casarse, y tener su propia familia. Para lograrlo y haciendo un sencillo cálculo, la niña debería ser madre, como mucho, a los veinte.