Cuando era pequeña y sus compañeros del colegio querían burlarse de ella, le coreaban “niña probeta, niña probeta”. Aquello le fastidiaba. Pero cuando su madre le explicó qué significaba y los años le fueron haciendo entender, pasó a sentirse feliz. Lorena Pérez -la primer niña concebida por fecundación in vitro (FIV) en la provincia de Málaga- ya tiene 28 años y dos hijos.
“Cuando era pequeña me sentía rarita y especial. Ahora estoy orgullosa. Sé que a mis padres les costó trabajo tenerme, que lucharon por mí. Y aquí estoy. Soy el sueño cumplido”, comenta. Con una niña de 6 años y un varón de 3, ya sabe lo que se quiere a los hijos. Por eso aprecia mucho más aquella búsqueda de sus padres por concebirla.
“Cuando mi madre me explicó que era aquello de niña probeta, vi que no era nada malo. Y cuando ya tuve más uso de razón, comprendí que suponía un logro para que las mujeres que no logren quedarse embarazadas de forma natural puedan conseguir su sueño”, reflexiona.
Lorena fue concebida en los laboratorios del Centro Gutenberg, que así introdujo la técnica en la provincia. Nació el 18 de noviembre de 1989, 11 años después de Brown, la primera niña del mundo nacida por FIV y que acaba de cumplir los 40.
Manuel Martínez Moya, el ginecólogo de Gutenberg que llevó el embarazo de la madre de Lorena, recuerda que la cesárea fue seguida por la radio y la televisión.
Era un hito. “Aquello fue el culmen de un objetivo que llevábamos persiguiendo muchos años. Lorena fue la tercera niña de fecundación un vitro de Andalucía. La veo ahora con sus dos hijos, que ha tenido de manera natural, y me siento muy feliz”, sostiene el facultativo. La clínica consiguió aquel avances apenas dos años después de su apertura.
Los padres de Lorena también fueron pioneros. Aunque entonces aquello de la reproducción asistida no estaba generalizado como ahora, su deseo de tener un hijo les llevó a luchar por intentarlo. La mujer tenía 42 años, que para la época, era una edad muy avanzada para buscar la maternidad. Pero ambos vencieron los obstáculos y tuvieron a Lorena. Es única hija, pero les ha dado dos nietos.
Carmen Segura, la embrióloga que hizo aquella histórica fecundación in vitro, destaca que fue un logro de todo un equipo. Y no sólo de los profesionales de Gutenberg sino también de aquellos especialistas del Instituto Dexeus -Ana Veiga, Gloria Calderón y Pedro N. Barri- que introdujeron la FIV en España y fueron quienes le transmitieron la técnica.
“El trabajo en laboratorio es muy duro porque las cosas no siempre salen bien. Hay muchas satisfacciones, pero también muchos malos ratos porque no tienes seguro el éxito”, afirma.
La embrióloga se siente afortunada de haber estado en el momento y en el lugar adecuado para ser partícipe de aquel hito.
Desde entonces, la clínica malagueña calcula que ha concebido más de 6.500 niños por fecundación in vitro. Más de 6.500 alegrías que quizás, como Lorena, ya sepan la felicidad que dan los hijos.
Más de 6.500 niños nacidos por fecundación in vitro
Lorena fue la primera niña nacida por fecundación in vitro (FIV) de la provincia y del Centro Gutenberg. Desde entonces han sido muchos más. En total, más de 6.500 en estos 28 años por FIV. A diferencia de la inseminación artificial en la que los especialistas en reproducción asistida depositan el esperma en la vagina y luego la concepción tiene lugar de forma natural en el cuerpo de la mujer, en la fecundación in vitro se hace en laboratorio. Para ello, tras una estimulación ovárica, deben extraer los óvulos a la madre. Mediante una microinyección espermática, los embriólogos hacen en el laboratorio que las células sexuales se encuentren y que formen un embrión. Este, luego, se le transfiere a la mujer para lograr el embarazo.