Ambas investigaciones se realizaron en dos centros especializados de Massachusetts y llegaron a la misma conclusión.
En un estudio, la tasa de partos en las mujeres con sobrepeso y obesidad fue del 23 por ciento, versus el 42 por ciento en el grupo con peso normal. En el otro, la posibilidad de éxito disminuyó sólo en las mujeres obesas, no en aquellas con sobrepeso.
El 22 por ciento de las 477 mujeres moderadamente obesas tuvo un bebé, comparado con el 30 por ciento de las mujeres con peso normal.
Y la posibilidad de éxito se redujo según la gravedad de la obesidad. Entre las participantes con obesidad mórbida (50 kilos o más de sobrepeso), el 15 por ciento tuvo un bebé.
Algunos estudios previos habían demostrado que las mujeres con peso normal y obesas tenían la misma posibilidad de tener un bebé, recordó el doctor Vasiliki A. Moragianni, del Centro Médico Diaconisa Beth Israel y de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston.
Pero dijo por correo electrónico que la mayoría de esos estudios eran más pequeños que los nuevos.
Sin diferencia
El equipo de Moragianni contaba con datos de 4.600 mujeres tratadas con una primera ronda de FIV o de FIV más una inyección intracitoplasmática de espermatozoides.
El otro estudio, a cargo del doctor Jorge E. Chavarro, incluyó 170 mujeres tratadas con por lo menos una ronda de FIV en el Centro de Fertilidad del Hospital General de Massachusetts.
En general, las mujeres con sobrepeso y obesidad eran menos propensas a tener un bebé. Entonces, el equipo de Chavarro analizó si el adelgazamiento rápido haría alguna diferencia.
Cuarenta y cinco mujeres adelgazaron algunos kilos (unos 3 kilos en promedio) antes de comenzar el primer ciclo del tratamiento, pero el equipo no observó diferencia en la posibilidad de tener un bebé, aun cuando tendieron a producir más óvulos “maduros”.
Esto, según aclararon los autores, no quiere decir que adelgazar no sea efectivo para las mujeres con sobrepeso que se realizarán un tratamiento de fertilidad. De hecho, nadie conoce con exactitud qué efecto tendría, indicó Moragianni.
Mencionó que hay evidencia de que adelgazar ayuda a las mujeres obesas con el síndrome de ovario poliquístico, que interrumpe la ovulación. Pero poco se conoce del efecto en otras mujeres.
“Claro que se puede plantear que la disminución del peso corporal y los cambios del estilo de vida pueden mejorar los resultados (del tratamiento de fertilidad) en personas obesas”, dijo Moragianni. Pero sostuvo que se necesitan más estudios para comprobarlo.