A pesar de la gran importancia que le damos a la calidad del óvulo para conseguir buenos resultados en los tratamientos de reproducción asistida, se estima que en torno al 45% de los casos de esterilidad son de causa masculina. Es por esto que las técnicas relacionadas con el análisis y la mejora de la calidad seminal son de uso rutinario en los laboratorios de reproducción.
Las tres características básicas que rutinariamente más información nos aportan sobre una muestra espermática son la concentración, normal a partir de 15 millones de espermatozoides por mililitro, la motilidad, buena a partir del 40% de formas móviles y la morfología, normal con el 4% de formas normales. El estudio de estos factores se conoce como seminograma. Pero hay otros factores que influyen en la calidad seminal y que hace que sémenes aparentemente normales no sean capaces de generar un embarazo.
Hay que tener en cuenta que el proceso de formación del espermatozoide envuelve etapas que pueden poner en peligro el ADN espermático, produciendo fallos en la carga genética de estos gametos. Estos fallos en el material genético no implican necesariamente una morfología anormal del espermatozoide ni alteraciones en su motilidad, lo que podría explicar la existencia de esos varones infértiles con un seminograma normal. Por esta razón, los análisis genéticos como el cariotipo, el FISH-e o los Estudios de Fragmentación son importantes para descartar la causa genética de la esterilidad.
Ello ha motivado que en los últimos años se hayan desarrollado una serie de técnicas, denominadas Técnicas de Selección Genética Espermática, que permiten seleccionar espermatozoides de buena calidad genética antes de fecundar al óvulo.
Estas técnicas consisten en seleccionar espermatozoides cromosómicamente normales para utilizarlos en la fecundación del óvulo. Técnicas con nombres tan estrambóticos como el PICSI o las MACS son actualmente rutinarias dentro de los laboratorios de reproducción asistida, ayudándonos en la selección de esos espermatozoides sin anomalías genéticas, mejorando así la calidad de la muestra seminal y aumentando significativamente las tasas de embarazo.
Laura del Molino. Embrióloga de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza