Son formas de ver el fenómeno: o bien las parejas consultan más tarde cuando tienen problemas de infertilidad, o bien cada vez son más las parejas que se animan a recurrir a un especialista para lograr tener hijos biológicos sobre el límite de la edad fértil de la mujer.
La edad de la mujer es clave a la hora de mejorar las probabilidades de concebir un hijo, con o sin ayuda de la fecundación asistida. Después de los 35 años, la tasa de fertilidad comienza a decrecer notoriamente. Sin embargo, los especialistas ven mujeres que en edades cada vez más tardías consultan por primera vez. Lo cual implica menos posibilidades de éxito en el tratamiento.
Según el Registro Argentino de Fertilización Asistida (RAFA), con datos de 15 centros de todo el país en el período 2004-2008, en 2004 los tratamientos en mujeres de 35 años eran el 47%. En 2008 la tasa descendió al 39%, en tanto que se elevó el porcentaje de tratamientos en mujeres mayores de 35 años.
El problema, según el especialista, es que “la mayoría no tiene una real información acerca del impacto que ello pueda ocasionar en su fertilidad. Más allá de los adelantos científicos, la edad de la mujer influye sobre la calidad de sus óvulos a partir de los 35 años, tanto con tratamientos de fertilización asistida de baja como de alta complejidad”.
Los datos del RAFA mostraron además que la tasa de embarazo promedio en menores de 35 años fue de 33%, mientras que en mujeres de 35 a 39 años fue de 28% y en mayores de 40 años descendió a 12%.
Una de cada seis parejas. La infertilidad está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad, y afecta a una de cada seis parejas. La legislación argentina no lo considera de esa manera, lo que implica que la seguridad social no cubra los costos de los exámenes de diagnóstico, la medicación y los tratamientos para intentar tener un hijo. Sólo algunas provincias, como Buenos Aires, cuentan con una ley de fertilización asistida.
Un informe publicado por el Registro Latinoamericano de Reproducción Asistida (RLA) de la Red LARA recopiló datos de 22 centros argentinos entre 1990 y 2009. En esos 20 años, el número de procedimientos se multiplicó, pasando de 741 en 1990 a 9773 en 2009. El acceso de la población a estas técnicas también creció: mientras que en 2000 era de 100 ciclos por millón de habitantes, en 2009 el número de ciclos llegó a 242 por millón.
No obstante, es posible apreciar que a mayor edad de la mujer, menor es la tasa de embarazo. Al utilizar las técnicas de fertilización in vitro (FIV) e inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), ambas técnicas de alta complejidad, se observa que si bien la tasa va mejorando año a año, en la mujer menor de 40 años la tasa de embarazo oscila entre el 32 y el 35 por ciento, mientras que para la mayor de 40 años la cifra se reduce a 18%.