Un equipo de España halló que la supervivencia hasta el nacimiento por embrión era del 83 por ciento en los embarazos gemelares y del 76 por ciento en los embarazos de feto único.
Un análisis estadístico reveló que la cantidad de partos dobles en embarazos gemelares era más alta que lo esperado si los embriones no colaboraran entre sí de algún modo. En cambio, la cantidad de nacimientos de bebés únicos fue menor que la esperada.
Por lo tanto, los autores escriben en la revista Obstetrics and Gynecology que sería posible que los embriones débiles que no pueden subsistir solos reciban ayuda del gemelo más fuerte.
Este concepto de “asistencia embrionaria” sigue siendo teórico y encontró resistencia en un especialista que no participó del estudio.
“Los autores proponen una hipótesis interesante”, indicó el doctor Alan B Copperman, director de endocrinología reproductiva de la Facultad de Medicina de Mount Sinai de Nueva York.
“Pero los datos no son suficientes para modificar la noción de que la implantación embrionaria es independiente y no tenemos pruebas de que los embriones ‘se ayuden’ en ese proceso”, dijo.
Los bebés concebidos por FIV son apenas el 1 por ciento de los nacimientos anuales de Estados Unidos, aunque la técnica genera el 17 por ciento de los embarazos gemelares.
A menudo, sobre todo en Estados Unidos, los médicos transfieren más de un embrión para aumentar la posibilidad de que la mujer quede embarazada.
Pero dado que los embarazos múltiples son riesgosos para los fetos, las clínicas están reduciendo la cantidad de embriones que les transfieren a sus pacientes.
La Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva recomienda no transferir más de dos embriones a las pacientes menores de 35 años y considera que los médicos deberían evaluar usar sólo uno.
En el 2011, un centro de fertilidad de Iowa comprobó que los embarazos no disminuyen con la transferencia de un solo embrión.
El nuevo estudio surge de 1.159 embarazos únicos y de 523 embarazos gemelares (ninguno de gemelos idénticos, que se forman cuando un óvulo se divide para formar dos embriones).
El 72 por ciento de los embarazos gemelares llegó a buen término, cuando la cifra esperada era de apenas el 58 por ciento.
La diferencia en la tasa de nacimientos vivos entre los embarazos con feto único y gemelares fue especialmente pronunciada en las mayores de 33 años, según explica el equipo de Fernando Miro, del Hospital Clínic de Barcelona.
Esto, según el equipo, “sugiere que los posibles embriones tendrían alguna deficiencia”.