Los polémicos embriones de ‘tres padres’ están un paso más cerca de su uso clínico en el Reino Unido. El Comité Nuffield de Bioética ha emitido un informe en el que declara que estos embriones que contienen material genético de dos mujeres y un hombre deberían considerarse como una opción para prevenir enfermedades ligadas al ADN mitocondrial.
“Si los estudios demuestran que estas técnicas son suficientemente seguras y efectivas, creemos que deberían ser éticas para las familias que deseen usarlas [porque] pueden ofrecer beneficios significativos sociales y para la salud de los individuos y las familias”, ha declarado Geoff Watts, jefe del grupo de trabajo del Comité encargado de analizar la cuestión.
Los llamados embriones de ‘tres padres’ fueron creados hace unos años por investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido). El objetivo es prevenir un tipo de enfermedades genéticas que se heredan a partir del ADN de las mitocondrias, que son los orgánulos que proporcionan energía a la célula.
Técnicas de dudosa eficacia
Existen varias técnicas para evitar esta fatal herencia. La transferencia nuclear -la misma que se utiliza en la clonación- es la más polémica de todas. La idea es sencilla: se extrae el núcleo de un óvulo (el de la madre) y se implanta en otro óvulo cuyo núcleo se ha eliminado (de la donante). Después el óvulo se fecunda con el espermatozoide del padre.
Pero este método, que es el que más reticencias despierta, “técnicamente no funciona”, apunta Carlos Simón, director científico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). “No se ha desarrollado ningún cigoto hasta la fase de blastocisto”.
Otra opción es la transmisión del ADN mitocondrial: sustituir el de la madre (enfermo) por el de la donante (sano). Pero sus posibilidades de éxito tampoco convencen a Simón. “Es muy difícil realizar esta técnica porque no sabes cuánto ADN sacas de la mitocondria y cuánto dejas, de forma que la enfermedad podría manifestarse a pesar de todo”. La eficiencia del proceso tampoco es demasiado buena ya que “sólo un 8% de los embriones es viable”.
Existen otras técnicas, como la transferencia del ‘spindle’ (estructura citoplasmática que permite la correcta división de los cromosomas) pero, según el experto español, “el gran dilema es que vayan a ser seguras y eficaces. A la luz de lo que hemos visto hasta ahora, lo dudo bastante”.
Debate nominativo
En definitiva, se habla de tres padres porque el cigoto contiene material genético de tres personas (madre, padre y donante). Pero el Comité ha subrayado que esta definición es inapropiada y debería dejar de utilizarse.
“Mientras que estos niños tendrían una conexión genética con tres personas, sólo el 0,1% de su ADN procedería de la donante y el 99,9% del ADN de sus padres”, ha explicado Frances Flinter, miembro del Comité. “Hasta donde sabemos, los genes mitocondriales por sí solos no crean ningún vínculo genético identificable entre el niño y la donante […] Por esas y otras razones, creemos que es tanto legal como biológicamente desacertado referirse a la donante de mitocondrias como ‘segunda madre’ o ‘tercer progenitor’ del niño”.
Preocupación por la manipulación genética
Estos métodos han despertado las reticencias de algunos sectores, sobre todo porque las ‘modificaciones’ introducidas en un embrión se transmitirían a su descendencia, lo que se llama una terapia de la línea germinal. Las voces críticas han señalado que estas técnicas podrían ser el inicio de una “pendiente resbaladiza” que conduzca a la aprobación de otros métodos más controvertidos como la clonación humana.
“Sin embargo, estamos hablando de su uso en la situación claramente definida de las enfermedades mitocondriales que no se pueden curar de otro modo y bajo una regulación estricta”, ha declarado Watts. “Otras terapias de la línea germinal […] implicarían más consideraciones éticas y deberán ser evaluadas por separado”, concluye el jefe del grupo de trabajo.
A la vista de este informe, y de los últimos estudios, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) británica ha anunciado el lanzamiento de una consulta popular acerca de estas técnicas, cuyo uso sólo está permitido en la investigación.
“Queremos entender todo el abanico de opiniones en torno a las nuevas técnicas para prevenir las enfermedades mitocondriales y entraremos en contacto con los ciudadanos de distintas formas, que culminarán con una consulta pública en septiembre”, señala la HFEA en un comunicado. Los resultados se comunicarán el próximo año.