Las mujeres que padecen miomas uterinos con implicaciones clínicas (aproximadamente el 30%) pueden tener problemas de fertilidad o ver afectada su calidad de vida durante el embarazo.
Dependiendo fundamentalmente del tamaño que alcance el mioma y de su localización, puede comprometerse la capacidad fértil de la mujer, dificultándose la concepción. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se dice que una pareja es infértil si la mujer no ha logrado quedarse embarazada después de 12 meses de relaciones sexuales sin usar un método anticonceptivo.
Los miomas tienden a crecer durante el embarazo debido a la mayor presencia de hormonas femeninas
Normalmente los miomas no dificultan el desarrollo del embarazo de la mujer, pero en ocasiones pueden dar lugar a complicaciones, tanto para la madre como para el feto, ya que el tamaño de los miomas tiende a crecer durante la gestación debido a la mayor presencia de hormonas femeninas.
Estas complicaciones aumentan el riesgo de parto prematuro, por insuficiente espacio del feto en el útero, e incrementan la incidencia de cesáreas si el mioma bloquea el canal del parto o si produce alteraciones en la posición fetal. Se estima que el riesgo de cesárea en una gestante con un mioma mayor de 5 centímetros aumenta un 26% por cada centímetro que aumente de tamaño el mioma. Los miomas también pueden alterar el desarrollo fetal o provocar sangrado abundante tras el parto.