Pero existe otro más que no es mejor en lo que a reproducción asistida se refiere y es la producción de ovocitos. Las hormonas que se administran a las mujeres que se someten a estas terapias para conseguir que, en lugar de un ovocito por ciclo, los ovarios puedan producir más, tienen en ocasiones un grave efecto secundario denominado hiperestimulación ovárica.
Por esta razón, los avances farmacológicos en el campo de la reproducción se dirigen, hoy en día, “a conseguir que el porcentaje de entre 2% y 3% de los casos que padecen hiperestimulación ovárica, se reduzca al 0%”, como explica el especialista de la Clínica Dexeus Pere Barri, coordinador del simposio ‘Esteroidogénesis en estimulación ovárica controlada’, celebrado el jueves en el Congreso.
Barri comenta que, al contrario de lo que pueden pensar algunas pacientes, producir muchos ovocitos no es sinónimo de más posibilidades de embarazo. Cuando se da esta hiperestimulación ovárica, que se manifiesta en la producción de más de 20 ovocitos, “éstos son de peor calidad”, es decir, menos aptos para fecundar y formar embriones.
El especialista declara que la tendencia en farmacología de la reproducción asistida es administrar a la paciente “un protocolo suave” de hormonas “que no fuerce el ovario, que sea respetuoso”. De esta forma y combinándolo con la transferencia selectiva de embriones, se podrían conseguir mejores tasas de embarazo con menos riesgos para la mujer.
Respecto a la posibilidad de que se haga más cómodo el tratamiento hormonal necesario para someterse a unafecundación in vitro (actualmente la mujer ha de inyectarse un fármaco por vía subcutánea a diario durante 12 jornadas), Barri adelanta que ya existen ensayos clínicos en fase I y II con hormonas que se administrarían por vía oral.