El estudio, que involucró a más de 300.000 bebés, encontró que aquéllos concebidos con el método de inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) mostraron más probabilidad de nacer con anormalidades.
La ICSI es el método de fertilización que se usa cuando los hombres tienen un bajo conteo espermático e involucra inyectar un espermatozoide en un óvulo.
Los científicos no saben, sin embargo, si el riesgo de defectos en el bebé se debe a la biología de los padres o a la tecnología.
Es decir, no pudieron establecer si la reproducción asistida provoca un incremento en el riesgo de anormalidades o los hombres sufren algún daño en el esperma que podría incrementar el riesgo de una anormalidad en el bebé.
La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Adelaide, Australia, será publicada en New England Journal of Medicine (Revista de Medicina de Nueva Inglaterra).
Diferencias significativas
En todo el mundo unos 3,7 millones de niños nacen cada año como resultado de alguna tecnología de reproducción asistida.
Estas tecnologías son por lo general invasivas y tienen un alto costo, tanto financiero como emocional, para las parejas que se someten a ellas.
Desde que comenzaron a utilizarse estas tecnologías, hace más de 30 años, ha habido varios estudios sobre su efectividad y seguridad.
Pero éste, afirman los científicos, es el estudio más amplio que se ha llevado a cabo y es el primero que compara el riesgo de todos los tratamientos disponibles actualmente.
El profesor Michael Davies y su equipo compararon los riesgos de sufrir un defecto congénito severo con cada una de las terapias reproductivas que están comúnmente disponibles en todo el mundo.
Estas terapias son fertilización in vitro (IVF), inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) e inducción de la ovulación.
Los investigadores también compararon los riesgos de defectos congénitos con la transferencia de embriones frescos y congelados.
Para el estudio utilizaron registros de más de 6.100 nacimientos concebidos con tecnología de reproducción asistida en Australia.
De éstos, 1.878 habían sido concebidos con ICSI.
Los científicos analizaron el vínculo entre los defectos congénitos de nacimientos con tratamientos de esterilidad y con embarazos de mujeres que no tenían registros de infertilidad.
Los resultados mostraron que el riesgo de un defecto congénito era de 5,8% con la concepción natural, de 7,2% con la IVF convencional y de 9,9% con la ICSI.
Los defectos encontrados incluían labio leporino, y anormalidades del corazón, esófago y gastrointestinales.
Tal como explican los expertos, el método de ICSI se utiliza en cerca de 50% de las parejas que se someten a tratamientos de fertilidad.
La investigación también mostró un incremento de defectos en el bebé con la IVF tradicional, en la que el esperma y los óvulos se mezclan en el laboratorio y el espermatozoide fertiliza al óvulo por sí mismo, pero no demasiado alto comparado con la concepción natural.
“Aunque en general las tecnologías de reproducción asistida están asociadas con un mayor riesgo de defectos congénitos, encontramos diferencias significativas en el riesgo de los distintos tratamientos disponibles” afirma el profesor Davies.
“Un historial de infertilidad, ya sea con o son concepción asistida, también resultó significativamente asociado con defectos congénitos” agrega.
Los investigadores también encontraron que la transferencia de embriones congelados, un método llamado criopreservación, también resultó asociada con un “riesgo sustancialmente reducido” de defectos congénitos, particularmente en las parejas sometidas a la ICSI.
Según el investigador, “esto podría deberse a que los embriones cuyo desarrollo está comprometido son los que no logran sobrevivir el proceso de congelamiento y descongelamiento”.
Los científicos subrayan que ahora será necesario llevar a cabo estudios más amplios y a más largo plazo ya que las tecnologías reproductivas “están siendo continuamente innovadas”.