Ante esta verdad cíentifica, también se ha añadido sugerencias con tres tipos principales de actividad física de la que deberías tomar parte:
1. Actividades que construyan y mantienen músculos esqueléticos. Algunas de ellas son las relacionadas a rutinas de resistencia, excursionismo, escalar y otras de la vida diaria que implican el levantamiento de pesas de acuerdo a tu constitución física.
2. Actividades que conserven tus vasos sanguíneos, corazón y pulmones bien acondicionados como lo consigues con el ejercicio aeróbico, yoga, footing ligero, pilates, tenis y natación.
3. Actividades que promuevan los músculos esqueléticos flexibles como el baile, yoga y pilates.
Sin embargo, tienes que abstenerte de seguir un plan vigoroso de ejercicio intenso, porque puedes interrumpir tu producción de la hormona gonadotropina. Y a su vez, un nivel hormonal bajo de la misma provoca que la glándula pituitaria disminuya la producción de la hormona luteinizante, necesaria para los huevos puedan madurar, e incluso, para que tu endometrio se prepare para la implantación de un óvulo fertilizado.