Durante sus asiduos viajes en avión, el doctor Paul Devroey no puede evitar pensar en la cantidad de niños que han nacido gracias a sus investigaciones. Hace 23 años, ideó un procedimiento que supuso un antes y un después en el abordaje de los problemas de reproducción. Desde entonces, se le conoce como el hombre que (casi) acabó con la infertilidad masculina.
La técnica de la microinyección intracitoplasmática de espermatozoides, aunque no sea muy popular entre la población, supuso toda una revolución en el tratamiento de la infertilidad masculina. Hay un antes y después del procedimiento ICSI (sus siglas en inglés): permite, en combinación con la fecundación in vitro, que prácticamente ningún hombre no pueda ser padre biológico.
El diario Le Monde tituló en portada “El violador de óvulos”, y “el senado francés estuvo a punto de prohibir” la técnica. Así lo recuerda el propio Devroey, con una sonrisa y unos brillantes ojos azules tras gafas de pasta negra. El ginecólogo belga ofrece su cara más amable y didáctica en Barcelona. Está aquí “no para ver un partido de futbol en el Camp Nou”, bromea durante su encuentro con ELMUNDO.es, sino para participar en los actos del 15 aniversario de la Clínica Eugin, líder en reproducción asistida en Cataluña.
Pasadas dos décadas, el padre de la técnica que permite solucionar la mayoría de problemas de la infertilidad humana tiene un desafío nuevo. El eminente doctor belga se enfrenta al que, a su juicio, posiblemente sea “el gran reto actual” de la fertilidad humana: la maternidad tardía.
“La maternidad tardía es un problema global. Es el gran desafío de la reproducción asistida. A partir de los 40 años, caen en picado las posibilidades de que una mujer se quede embarazada con sus propios óvulos. Por esa razón, es importante que las mujeres criopreserven sus óvulos cuando son más jóvenes. Eso les permitirá poder ser madre, cuando ellas decidan, de un bebé con su carga genética”, defiende Devroey, sin dejar de garabatear sobre un folio en blanco.
La congelación de óvulos es “la manera más eficiente” de lograr la meta de ser madre después de los 40 años. “Mujer, si esperas a los 43 años para tener hijos, te estás haciendo a ti misma infértil. ¡No olvides que tu vida reproductiva tiene un límite!“, advierte Devroey, partidario de la universalización de la congelación de embriones.
“En Alemania, está prohibido. Los políticos españoles, en cambio, tuvieron una mentalidad abierta y lo permitieron. De esa manera, en Alemania sólo los ricos tienen acceso a la congelación”, lamenta el investigador. “Ni la comunidad científica ni los medios de comunicación han divulgado lo suficiente que existe la posibilidad de congelar los óvulos y que ofrece resultados”, añade.
- ¿Qué es lo que más le atrae de la congelación de óvulos?
- Ofrece igualdad a hombres y mujeres. En la medicina, lo llevamos congelando esperma desde hace años. Es fantástico que también podamos congelar ahora óvulos. Soy muy positivo respecto a la congelación de óvulos. Es la mejor forma de garantizar una maternidad tardía.
- ¿Qué sintió al constatar que su hallazgo posibilitó a una pareja cumplir su sueño de ser padres?
- Antes, hasta que se comprobó la eficacia de nuestro procedimiento, el hombre que no eyaculaba era estéril. Hace unos años, me visitó la primera niña nacida mediante diopsia testicular, la primera niña nacida a partir de esperma en los testículos. Fue emocionante que me preguntase cómo había sido concebida. Fue enternecedor. Me sentí orgulloso al responder a esa pregunta.
- ¿Cuáles son las principales causas de la infertilidad humana?
- Si alguien se rompe una pierna, va al médico y va a conocer la causa. En la infertilidad de una pareja heterosexual, están el hombre y la mujer, por lo que puede haber varios factores. En el caso de la mujer, por la no ovulación, por ejemplo. En el del hombre, por esperma de baja calidad.
- ¿Qué tanto por ciento de parejas padece infertilidad?
- Un 15%. Una de cada seis parejas. Desde luego, depende de la edad de la mujer. Cuanto mayor es la mujer, más fácil es que no pueda tener hijos. Mes a mes, el riesgo va en aumento. Si esperas a los 43 años, te estás haciendo a ti misma infértil.
- ¿En qué porcentaje es responsable de la infertilidad el factor masculino?
- Depende de la edad de la mujer, pero está bastante igualado. En algunos casos, puede ser de los dos: masculino y femenino. Es una distribución muy honesta [risas]. Insisto en la importancia de la edad de los leucocitos de la mujer, porque no hay magia: es sólo ciencia. No hay sentimientos, es biología cruda.
- ¿Cuál es su visión sobre las técnicas de reproducción asistida en España?
- En España hay líderes en la investigación en este terreno. Eso posibilita que estas tecnologías estén al servicio de la población. Por eso, tanta gente viene a España para seguir un tratamiento de reproducción asistida. A diferencia de lo que pasa en otros países europeos, aquí se respetan las implicaciones éticas de la ciencia.