Este avance científico, que será presentado oficialmente hoy en Francia, supone una nueva esperanza para las parejas infértiles que deben recurrir a la fecundación ‘in vitro’ para poder tener descendencia.
Y es que actualmente dos de cada tres fecundaciones ín vitro’ se saldan con un fracaso.
La nueva técnica se basa en el principio de hacer visible lo invisible. Actualemnte, como parte de la fecundación ‘in vitro’ se crean varios embriones.
A continuación tiene lugar una fase muy delicada, en la que los médicos deben elegir uno para ser implantado en el útero, es decir, seleccionar el que tiene la mayor probabilidad de propiciar un embarazo.
Este paso es tan difícil que los médicos realizan esta selección casi “a ciegas”. La única herramienta en que pueden confiar es el microscopio … pero este instrumento apenas es suficiente para detectar cualquier defecto en el embrión, todavía completamente invisible para el ojo desnudo.
Ahora bien, con esta nueva y revolucionaria tecnología que utiliza la impresión 3D se pasaría de lo invisible a lo visible. En resumen, con algunas imágenes y el software, los investigadores fueron capaces de incrementar y materializar una etapa de preimplantación de embriones para hacer una impresión en 3D.
Debido a su tamaño, el objeto – que obviamente no tiene nada humano – puede ser visto desde todos los ángulos por los médicos. Estos pueden elegir más fácilmente el “campeón” entre los embriones, es decir, el que tiene la apariencia más regular y el más fino ‘shell’. El embrión es, de hecho, un poco como un pollito: cuanto mayor es la cáscara y más delgada, más fácilmente puede implantarse en el útero.
El profesor Samir Hamamah ha declarado al respecto: “La impresión 3D nos permite examinar el embrión en silencio. Si la cubierta del embrión es más gruesa, se sabe que será más difícil que pueda implantarse en el útero”.