Ella es muy joven aún pero no se puede quedar embarazada, tras 12 años de matrimonio, por alguna causa desconocida para los dos. Trás la realización de todas las pruebas diagnósticas a la pareja, llega la cruel realidad. Los resultados hormonales y ecográficosmuestran que sus ovarios ya no van a poder producir óvulos. Se encuentra en una etapa premenopáusica que le impedirá ser madre biológica.
Comunicar este hecho a la pareja es difícil. Se produce un choque emocional grande. Ella llora desconsoladamente y él permanece callado, triste.
Después de hablar con ellos y explicarles que existe un protocolo llamado Ovodonación, con un resultado de embarazo entre el 60-80% y que se aplica precisamente a mujeres que, bien debido a la edad (mayores de 40 años), su ovario no produce ovocitos suficientes,o que son de mala calidad, o a mujeres jóvenes con patología ovárica o genética. María José decide pensarlo. Ha sido mucha información que necesita madurar, que necesita entender, que necesita aceptar.
El programa es muy sencillo. Se trata de obtener los ovocitos de una donante, previamente seleccionada por el personal clínico del centro, que dona sus ovocitos para que las mujeres que presenten esterilidad a causa de la ausencia o mala calidad ovocitaria, puedan tener hijos. En este caso, se fecundarían los ovocitos de la donante con el esperma del marido de la paciente y los embriones resultantes serían transferidos a la paciente, en un número que asegure el embarazo. El resto de los embriones se congelarán. En este caso, los embriones resultantes poseen la mitad de la información genética de la donante y la otra mitad del marido de la paciente.
La donación será anónima y gratuita.
Pasado un tiempo, María José vuelve. Está totalmente tranquila y decidida a una ovodonación. Se le transfieren dos embriones de buena calidad y tras 14 días su control de embarazo da positivo. Hoy se le ha realizado, un mes mas tarde, una ecografía en la que se observan dos sacos embrionarios y dos corazones que laten con fuerza.
Maria José y Enrique se muestran felices y emocionados. Quisieran, sobre todo, agradecérselo a la donante anónima que ha hecho posible un sueño hecho realidad. ¡Y qué realidad!
EMBRIODONACIÓN
Según la Ley española sobre las técnicas de reproducción asistida, los embriones congelados se podrán almacenar hasta un máximo de 3 años, a partir de la cual pasaran a ser propiedad de la clínica. Los pacientes que no necesiten dichos embriones los donarán a la clínica, mediante consentimiento debidamente firmado por ambos cónyuges, para ser transferidos a otras parejas o utilizados en investigación.
Cabe la posibilidad de que en el momento de la congelación (día 2 o 3 de la fecundación), la pareja opte por la no congelación de sus embriones sobrantes, pasando estos a ser donados, mediante consentimiento debidamente firmado por ambos cónyuges.
Carmen Mendoza
Especialista en Reproducción Asistida.