Cuando una clínica de reproducción asistida habla de tipos de embriones, se refiere a su calidad o, dicho de otra forma, a la probabilidad de que el embrión se implante. En casi la totalidad de los más de 200 centros de reproducción asistida de España, se utiliza una clasificación embrionaria creada por la sociedad científica ASEBIR (Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción). Esta clasificación asigna una categoría que va desde la letra “A” hasta la recientemente añadida letra “D”.
A continuación, te explicamos en qué se basa esta clasificación para determinar la calidad de los embriones y cuáles son los requisitos de un embrión de tipo A.
¿Qué criterios influyen en la calidad embrionaria?
Para realizar la clasificación embrionaria de ASEBIR, se utilizaron los datos disponibles de un estudio multicéntrico en el que se evaluaron los embriones que se implantaron y los que no. Se observó la morfología embrionaria y el ritmo de división de los embriones “buenos”, los que se implantaron, y de los “no tan buenos”, que no se implantaron. Además, se analizaron otros aspectos morfológicos de los embriones para ver si influían en la implantación.
Como resultado, estas son algunas de las características que se examinan a la hora de determinar la calidad embrionaria en la mayoría de los centros de reproducción asistida en nuestro país:
- Número de células y ritmo de división. En el día 1 y el día 5 de cultivo embrionario vamos observando el número de células y cómo este número de células va cambiando cada día.
- Porcentaje y tipo de fragmentación celular. La presencia de fragmentos celulares es común en los embriones humanos. Si este porcentaje de fragmentos celulares no supera el 20% del volumen del embrión, la implantación no se ve afectada. No solo se tiene en cuenta el porcentaje, sino también el tamaño de estos fragmentos y su distribución.
- Desigualdad en el tamaño de los blastómeros, o células del embrión. Cuando el zigoto empieza a dividirse, sus células no siempre se dividen de forma totalmente simétrica, a veces se muestran divisiones desiguales. La desigualdad en los tamaños celulares se relaciona con una disminución en la capacidad implantatoria.
- Visualización de núcleos y grado de multinucleación. La presencia de dos o más núcleos en un mismo blastómero tiene correlación directa con anomalías cromosómicas embrionarias, aunque se han descrito nacimientos de niños sanos procedentes de embriones con blastómeros multinucleados.
- Zonas citoplasmáticas. La presencia de zonas translúcidas con ausencia de citoplasma en las células embrionarias se correlaciona con degeneración celular.
- Presencia de vacuolas. Aunque, la presencia de estos sacos de fluidos intracelulares se asocia con una disminución de la viabilidad, las vacuolas pequeñas no comprometen la tasa de implantación.
- Zona pelúcida o cubierta del embrión. El hecho que esta capa sea más gruesa de lo normal se correlaciona con una baja tasa de implantación.
Estos criterios pueden influir en el porcentaje de embriones que llegan al estado de blastocisto (fase avanzada del embrión) y en el porcentaje de éxito de la Fecundación in Vitro.
Así es un embrión de tipo A
Según todos los aspectos analizados en la clasificación propuesta por la sociedad científica ASEBIR, un embrión tipo A en día tres de cultivo sería aquel que tenga 7 o 8 células, sin multinucleación, con un porcentaje de fragmentación menor o igual al 10%, sin vacuolas, con la zona pelúcida normal y con células simétricas según su estadio celular.
Pero ¿qué significa todo esto en la práctica? Un embrión de buena calidad es sinónimo de un mayor porcentaje de éxito de la implantación y, consecuentemente más probabilidades de embarazo.
No obstante, hay que recordar que no solo la calidad del embrión es importante para el buen resultado del embarazo. El estado de salud del endometrio, la salud de la madre y su edad, y las causas de la infertilidad, también influyen. Por eso, una excelente calidad de los embriones no siempre es garantía de embarazo. En cambio, en algunos casos hasta con embriones de tipo D es posible llevar a cabo una implantación con éxito.
Para conocer mayores detalles acerca de esta técnica, puedes ponerte en contacto con nosotros. Estamos a tu disposición para aclarar cualquier duda.