Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo tenían entre sus planes más inmediatos formar una familia. La presentadora cacereña se estaba sometiendo para ello a un tratamiento de fertilidad, tal y como ha publicado Vanitatis. A sus 40 años, quería tener un hijo con su pareja, con quien llevaba casada casi un año, cuando la muerte se cruzó en su camino.
Precisamente el pasado viernes -un día después de la trágica noticia del fallecimiento del cámara de MasterChef- tenía una cita con el ginecólogo. Al parecer, tenía la intención de programar el embarazo de tal forma que no le impidiese llevar a cabo proyectos laborales como la segunda edición de Acorralados, que Telecinco prepara para este otoño.
Raquel, de 40 años, temía que la edad supusiese un impedimento para alcanzar su sueño de convertirse en madre y por este motivo solicitó un asesoramiento médico especializado en un centro hospitalario de la capital, como publica el citado medio.
Además de ser padres, la pareja tenía otros planes, entre ellos ofrecer a Mediaset su diario de luna de miel para mostrar al mundo los rincones idílicos por los que habían pasado. Se trataba de un espacio configurado a base de pequeños reportajes de cinco minutos de duración que se habría emitido a través de Divinity, según han confirmado fuentes de la cadena. Aún no se descarta que no salgan a la luz.
El tuit que dejó el sábado de Raquel Sánchez Silva acerca de la muerte de su marido, contrasta con la versión de la Policía, que apuntaba a un suicidio como la causa más probable de la muerte de Mario Biondo. Ella puso sin embargo que Mario tenía unas enormes ganas de vivir y que todo se trató de un accidente.
VIVÍAN UN GRAN MOMENTO PERSONAL Y PROFESIONAL
Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo atravesaban un momento personal y profesional envidiable. Ella se había consolidado como una de las estrellas de Mediaset y el ojito derecho de Paolo Vasile, y él, era cámara en el exitoso talent show de TVE MasterChef.
Ambos se habían conocido en el rodaje de Supervivientes 2011 y comenzaron su historia de amor en las idílicas playas de Honduras. Más tarde, el se trasladó a España y volvieron a grabar juntos Acorralados. Después de este reality, Raquel presentó El Cubo, Perdidos en la tribu, Perdidos en la ciudad y Expedición Imposible. Su siguiente proyecto era la segunda edición de Acorralados.
Tras casarse en Sicilia, se instalaron en un piso de la calle Magdalena, en el madrileño barrio de Tirso de Molina. El 22 de junio les tocaba celebrar su primer aniversario de boda y ya tenían previsto un viaje para este verano.