Nueve mujeres que por diferentes motivos no podían tener hijos al carecer de útero podrían ver cumplidos su deseo de ser madres si el trasplante de útero al que han sido sometidas en Suecia culmina con éxito. De momento, y según han anunciado los investigadores de la Universidad de Gotemburgo, las nueve voluntarias han recibido con éxito los úteros transplantados que previamente habían sido donados por sus familiares. Ahora, según explicaron los investigadores, las mujeres podrán quedarse embarazadas.
Las mujeres que se han ofrecido a participar en este programa piloto experimental carecían de útero, en algunos casos porque había nacido sin él o porque debido a un cáncer de cuello de útero se les había tenido que extirpar. La media de edad de las voluntarias es de 30 años y son la vanguardia de un ambicioso y pionero experimento que quiere demostrar la viabilidad de los úteros trasplantados para que las mujeres que carecen de ellos puedan dar a luz a sus propios hijos.
En muchos países europeos, entre ellos Suecia y también España, la maternidad subrogada, también conocida como «vientre de alquiler», es una práctica ilegal, aunque son muchos los españoles, parejas y personas solteras, que desean tener un hijo y sortean esta prohibición recurriendo a otros países e inscribiendo luego al bebé como propio en el Registro Civil.
El programa que propone el equipo de Mats Brannstrom es algo totalmente innovador. Si bien es cierto que en el mundo de los trasplantes se han hecho importantes avances, hasta ahora solo en dos ocasiones se había intentando un trasplante de útero, en Turquía y Arabia Saudita, pero ambos casos no se logró la procreación. Científicos en Gran Bretaña, Hungría, Turquía y otros países también están planeando operaciones similares, pero las investigaciones en Suecia son las más avanzadas. «Es un nuevo tipo de cirugía», aseguró Brannstrom a Associated Press en una entrevista.
Los trasplantes están pensados para solventar problemas reales
Sin embargo algunos expertos han expresado su preocupación acerca de si es ético usar donantes vivos para un procedimiento experimental que no salva vidas. Voces como la de John Harris, un experto en bioética en la Universidad de Manchester, no ven ningún problema, siempre y cuando los donantes estén plenamente informados. Porque, recuerda, la donación de riñones no es necesariamente para salvar vidas. No piensa lo mismo Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). «Los trasplantes están pensados para solventar problemas reales –afirma-. No quiero decir que la infertilidad no sea un problema, pero sí que hay otros procedimientos más seguros que han demostrado éxito y que permiten satisfacer el deseo de ser madre», señala Matesanz.
Los trasplantes se llevaron a cabo en septiembre de 2012 y algunas de las mujeres ya tienen su periodo de seis semanas, un signo, señala Brannstrom, de que las matrices están sanas y en funcionamiento. El anonimato tanto de las donantes como de las receptoras de momento ha sido respetado. Las donantes son madres y otros familiares vivas. La intervención no conectó los úteros a las trompas de Falopio, por lo que las mujeres son incapaces de quedarse embarazadas de forma natural. Sin embargo, todas los que recibieron el útero tienen sus propios ovarios y pueden fabricar huevos. Antes de la operación, algunos de estos huevos fueron extraídos para crear embriones a través de la fertilización «in vitro», que se han congelado a la espera de transferirlos a las nuevas matrices, lo que permitiría a las mujeres tener sus propios hijos biológicos.
Donantes vivos
Precisamente lo que hace que la técnica utilizada en Suecia sea muy controvertida es el uso de donantes vivos. En Gran Bretaña, donde también se están planeando llevar a cabo trasplantes de útero, sólo se usarían de cadáveres. Ese fue también el caso de Turquía, donde el pasado año pasado los médicos turcos anunciaron su paciente había quedado embarazada, pero el embarazo fracasó a los dos meses. En España, confirma Matesanz, la ONT «no ha recibido solicitud alguna para realizar un trasplante de estas características».
Lo donación de vivo en este tipo de trasplante supone una histerectomía radical para la donante, pero además requiere tomar un trozo más grande de los vasos sanguíneos circundantes para asegurar el flujo adecuado de sangre, aumentando el riesgo de complicaciones para el donante. A esto se refiere expresamente Matesanz. «El riesgo beneficio en este trasplante es muy elevado: para la donante y también para la receptora. Estamos hablando –dice- de cirugías muy agresivas y de tratamientos inmunosupresores en una mujer que se quiere quedar embarazada». Desde mi punto de vista, afirma, «no está justificado este tipo de trasplante».
El éxito momentáneo de los trasplantes ha encendido la esperanza entre las mujeres que no pueden tener hijos porque carecen de útero
Brannstrom confirmó que todas las mujeres que recibieron el trasplante de útero tendrán que tomar inmunosupresores para evitar el rechazo , algo que podría comprometer el desarrollo del posible bebé, aunque, como reconoce Matesanz, ya hay casos de mujeres que han recibido un trasplante de riñón sin problemas relevantes.
Lo cierto es que el «éxito momentáneo» de los trasplantes ha encendido la esperanza entre las mujeres que no pueden tener hijos porque carecen de útero. Aproximadamente una de cada 5.000 mujeres nace con el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hause, MRKH en su forma abreviada, un trastorno congénito por el que las mujeres nacen sin útero.
En este sentido, Brannstrom señaló a AP que su equipo espera iniciar la transferencia de embriones en algunos de sus pacientes en breve, posiblemente en unos meses. Y si tienen éxito, después de un máximo de dos embarazos, los úteros se eliminarán por lo que las mujeres dejaría de tomar inmunosupresores.
Ahora bien, señala Matesanz, «falta la prueba del nueve». Es decir, explica, si estas mujeres son capaces de tener un embarazo con éxito. «Hasta que no haya un embarazo que culmine con éxito, no como el caso de Turquía, puede parecer un poco frívolo hablar de esto». Y en el supuesto de que hubiera resultados exitosos, adelanta, «si hay una petición a la ONT para llevarlo a cabo en España, tendría que seguir los filtros que han seguido los trasplantes experimentales en España, como el de cara, y estar indicado para una paciente concreta».