Skip to content

Seis de cada diez españoles que han sido padres mediante reproducción asistida prefieren que la clínica decida el destino de los embriones que no utilizaron



Los pacientes que finalizan ciclos de reproducción asistida pueden decidir sobre el destino que desean dar a sus embriones sobrantes. Tienen la posibilidad de optar por conservarlos asumiendo el coste de preservación, donarlos a la investigación o a otras parejas o destruirlos. Sin embargo, 6 de cada 10, no se deciden por ninguna de ellas y dejan la decisión en manos del centro médico.

Cuando esto ocurre, la ley española establece que, tras dos requerimientos sin respuesta por parte de los pacientes, los embriones pasan a disposición de las clínicas, que pueden optar por destruirlos o conservarlos para destinarlos a investigación o donarlos a otras parejas. Institut Marquès se decantó a partir de 2004 por esta última alternativa, poniendo en marcha en Barcelona el primer programa de adopción de embriones del mundo que ha recibido una gran aceptación. Pacientes de todo el mundo acuden a España a adoptar y ya son más de 1.000 los bebés nacidos gracias a esta iniciativa.
Según un estudio de Institut Marquès, el 59% de los pacientes españoles que finalizan un ciclo de reproducción asistida no comunican el destino que desean dar a los embriones que no utilizaron en el tratamiento que siguieron para ser padres, dejando su futuro en manos de la clínica, mientras que el 33% opta por conservarlos asumiendo el coste de su preservación, el 5% por destruirlos, el 6% por ofrecerlos para investigación y el 3% por donarlos a otras parejas.
 
Institut Marquès ha presentado esta semana los resultados de este estudio retrospectivo referidos a Francia, país de donde proceden un elevado porcentaje de sus pacientes, que ha sido elevado a la categoría de ponencia por la Fédération Française d’Étude de la Reproduction (FFER) durante sus 23º Jornadas celebradas en Lyon. Los datos muestran que el 63% de los pacientes franceses de Institut Marquès no comunica el destino que desea dar a sus embriones, dejando su futuro en manos de la clínica, mientras que el 26% opta por conservarlos asumiendo el coste de su preservación, el 6% por destruirlos, el 3% por ofrecerlos para investigación y tan sólo el 2% por donarlos a otras parejas.
 
En cuanto a los datos referidos a la decisión de pacientes de otras nacionalidades, destacar que los alemanes son los que más responden para decidir sobre el futuro de sus embriones (63,6%) y los que prácticamente no contemplan la opción de destruirlos o de donarlos para investigación. En cambio, el 60% de los pacientes del Reino Unido prefieren no decidir sobre el destino de sus embriones. En Italia no contestan el 45% y son los que más optan por la conservación (43%). Por último, los irlandeses conservan sus embriones congelados en un 45% y son los que más se decantan por la donación a otras parejas, con un 7%.
 
Una decisión difícil
Las razones por las cuales los pacientes mayoritariamente dejan la decisión sobre el futuro de sus embriones en manos de la clínica no responde a una actitud irresponsable, sino a las implicaciones emocionales que conlleva esta decisión: donarlos a otras parejas les provoca miedo a que sus hijos se encuentren con hermanos; destruirlos les da pena y donarlos a la investigación les causa inquietud sobre lo que se pueda hacer con ellos.

“Muchos pacientes nos manifiestan esta indecisión y nos piden que seamos nosotros los que elijamos por ellos la mejor opción. Así, nos encontramos con cientos de embriones congelados cuyo destino debemos decidir los centros de reproducción asistida. En nuestro, caso, optamos por compartir con la sociedad esta responsabilidad que nos confiaron los pacientes, poniendo en marcha el primer programa de adopción de embriones del mundo. Es un proceso realmente emocionante, lleno de ilusión y de esperanza, ya que representa el logro de haber encontrado un nuevo destino al embrión”, explica la Dra. Marisa López-Teijón, directora de Institut Marquès.

Imagen eliminada.

La Dra. Marisa López-Teijón, con el bebé número 1.000 nacido del programa de adopción de embriones de Institut Marquès. 
 
El perfil de los adoptantes 
Durante los 14 años de vida del programa, pacientes de 124 nacionalidades distintas han acudido a los centros de Institut Marquès. El 72% de los pacientes que solicitan adopción de embriones –el 67% en el caso concreto de los españoles- lo hacen por problemas de esterilidad (envejecimiento ovárico, infertilidad masculina severa o fallos previos en técnicas de reproducción). Son parejas que han intentado sin éxito otros tratamientos, con un promedio de más de 4 años deseando tener un bebé y con 4,4 intentos fallidos. Seis de cada diez adoptantes de embriones ya había abandonado los tratamientos y habían renunciado a ser padres.
El 18% de los adoptantes -el 23% en el caso concreto de los españoles- son mujeres sin pareja masculina que desean ser madres y el 10% son personas que acuden directamente a la adopción de embriones al no plantearse tratamientos de esterilidad por razones éticas o religiosas.
La tercera parte de todos estos pacientes habían iniciado trámites para la adopción de un niño.
 
¿Cómo funciona la adopción de embriones?
La adopción de embriones, según la ley española, no requiere hacer trámites oficiales de adopción, sino únicamente firmar un consentimiento informado en el que la pareja o mujer adoptantes reconocen explícitamente su conocimiento del proceso.
En Institut Marquès, la asignación de los embriones se realiza mediante un sistema informático que asegura que cada niño nazca en un país o en una comunidad autónoma distintos al de los otros embriones resultantes del mismo tratamiento. Así se evitan consanguinidades futuras.
El tratamiento médico para la adopción de embriones es sencillo e indoloro. Una vez desvitrificados, la transferencia de los embriones se lleva a cabo sin ingreso hospitalario. Pasados 10 días se realiza la prueba de embarazo y a partir de ahí evoluciona como una gestación normal.
Desde la puesta en marcha de este programa en 2004, la tasa de supervivencia embrionaria tras la descongelación ha ido mejorando gracias a la vitrificación. La tasa media de embarazo global es del 43% por ciclo, también ha ido mejorando cada año, y desde 2013 es superior al 50% por ciclo.