¿Por qué quiero ser madre?
Tomar la decisión de ser madre no siempre es fácil y depende de las circunstancias particulares de cada mujer. Y aunque el deseo de ser madre llega a casi todas las mujeres en algún momento de su vida, incluso algunas lo tienen claro desde el principio, otras se sienten inseguras o no se ven preparadas y, a pesar de desearlo, no encuentran el momento idóneo para tener un hijo.
El deseo de ser madre tiene un origen claramente biológico que se acompaña de un componente social muy potente. De hecho, llegada cierta edad, tanto la mujer que desea ser mamá como la que no lo desea, se encuentran con cierta presión social en relación al hecho de tener hijos.
Sin embargo, ser madre no debe transformarse nunca en una obligación o en una obsesión. Cualquier mujer, antes de buscar un embarazo, debería encontrar sus propios argumentos para lanzarse a la aventura de ser mamá. Saber si se trata de una decisión propia y honesta o de una forma de cumplir con las convenciones sociales, con los deseos de la pareja o con las demandas de la familia, son factores fundamentales para seguir adelante. En definitiva, convertirse en madre es una experiencia totalmente única, personal e incomparable: tú la vas a vivir y tú debes tomar la decisión que cambiará tu vida y tus emociones para siempre.
Antes de cumplir tu sueño, ten en cuenta:
- Pareja, familia y amigos. Ser madre es una aventura que puede llevarse a cabo tanto en pareja como en solitario pero, en todos los casos, será importante que tengas apoyo emocional cerca, tanto durante el embarazo como una vez haya nacido el bebé. Si no tienes pareja, tus amigos y tu familia pueden aportarte la complicidad y ayuda que tan bien te vendrá en este periodo.
- Momento emocional. Intenta buscar un momento emocional estable para ser mamá, ya que así mejorará tu salud y la de tu bebé. Evita situaciones de tensión provocadas por enfermedades, separaciones o crisis en el trabajo. Hay mujeres que piensan que un embarazo puede ser la solución a algunos problemas pero, sin embargo, esto no es así.
- Mentalización. Ser mamá es sinónimo de cambios físicos y emocionales, así como de cambios en rutinas, costumbres y estilo de vida. Si estás mentalizada, cuando llegue el momento, te será todo más llevadero y podrás vivir tu embarazo y tu maternidad con la ilusión que merece.
- Resuelve tus dudas. Fertilidad, edad, riesgos, alimentación, salud, etc. Si deseas ser mamá, resolver las dudas que tengas al respecto te permitirá tomar decisiones de forma más consciente, cuidarte más ante esta nueva etapa y disfrutarla con mayor seguridad y tranquilidad.
- Paciencia. Un porcentaje muy alto de mujeres no consigue ser mamá en el primer intento y eso puede producirle inseguridad y miedo. En este caso la paciencia es buena amiga: al final todo llega y, si hay problemas, seguro que encuentras muchas opciones para convertir en realidad tu sueño de ser madre. Tienes que ser positiva y nunca sentirte frustrada; mira hacia delante, tarde o temprano tu momento llegará.
Ser mamá en el siglo XXI: un mundo lleno de posibilidades
Cada vez son más las mujeres que deciden convertirse en madres una vez superada la barrera de los 35 años, y también las que lo hacen en solitario. Y es que, aunque ser mamá no siempre es una tarea fácil en los tiempos que corren, el instinto, la naturaleza y nuestra propia experiencia vital nos “empuja” a querer vivir esta experiencia única.
En la actualidad todavía hay barreras laborales que impiden conciliar trabajo y maternidad, lo que es un problema para desarrollar ciertas carreras profesionales. Por suerte, los avances en tecnología reproductiva están de nuestra parte y se han desarrollado novedosas técnicas para preservar la fertilidad que permiten retrasar la maternidad sin renunciar a tener hijos con el propio material genético. También existen actualmente más posibilidades de concepción, cuando surgen problemas de fertilidad, recurriendo a métodos como la fecundación in vitro o la ovodonación o, en los casos en los que el deseo o la decisión de ser madre se manifieste cuanto cuando con sus propios óvulos ya no es posible, es decir, a partir de los 35 años.
Por último, aquellas mujeres que no tienen pareja o que tienen una pareja femenina también pueden hacer realidad su sueño gracias a diferentes técnicas como el método ROPA, pensado para que las parejas de mujeres puedan convertirse en mamás arropadas por un marco legal específico, o la fecundación in vitro con semen de donante.