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Un sensor permitirá la transferencia de un solo embrión evitando embarazos múltiples



La Unidad de Reproducción Vistahermosa lanzó hace casi una década un proyecto de investigación basado en el metabolismo del embrión; es decir en el estudio de los componentes del medio de cultivo en el que se inicia la división celular tras la fecundación in vitro, con la finalidad de identificar la sustancia que resulta vital para el desarrollo de los embriones y obtener un criterio más de selección embrionaria y elegir el de mayor viabilidad. «Actualmente los centros de reproducción nos basamos en criterios morfológicos, genéticos y de crecimiento y desarrollo (time lapse); ahora queremos añadir un cuarto, el metabolómico», explica el doctor Jose López Gálvez, director de la Unidad de Reproducción Vistahermosa.
 
Transferir un solo embrión con las máximas garantías de implantación y desarrollo de una gestación evolutiva, evitando los embarazos múltiples y sus complicaciones, es una de las metas que hoy se plantea la Medicina Reproductiva, apoyándose en la precisión que ofrece la actual tecnología de última generación, que en manos de expertos ginecólogos, embriólogos, genetistas o andrólogos, potencian la investigación para conseguir romper la barrera de la infertilidad.
 
Esta investigación pionera a nivel internacional ha necesitado del Instituto de Electroquímica de la Universidad de Alicante. La alianza entre ambos centros ha derivado en la creación de una nueva técnica, un sensor bioquímico para medir el grado de viabilidad de los embriones, que permita elegir el más idóneo para su implantación en el útero materno y conseguir una gestación evolutiva que permita tener un bebé sano en casa.
 
El proyecto se encuentra en su fase final, la de constatar si las hipótesis se confirman. «En este momento estamos trabajando con muestras procedentes del cultivo de embriones ya implantados, y con los datos de éxito o fracaso de los mismos, facilitados por la Unidad de Reproducción Vistahermosa. Éstos se contrastarán con la información que nos aporte el sensor para examinar las coincidencias y establecer el tanto por ciento de éxito», afirma Vicente Montiel, director del Instituto Universitario de Electroquímica de la Universidad de Alicante, que ha trabajado en este proyecto junto al científico Jesús Iniesta.
 
«Este sensor es una herramienta capaz de estudiar en la microgota del medio de cultivo del embrión, la sustancia que más aumenta, la que aporta su capacidad de implantación» indica Juan Manuel Moreno, embriólogo y responsable del Laboratorio de la Unidad de Reproducción Vistahermosa.
 
López Gálvez califica a este dispositivo de un «gran avance» en la Medicina reproductiva por ser una técnica sencilla, rápida, muy económica y no invasiva, ya que no se toca al embrión. «Si nuestra hipótesis se confirma, el porcentaje de éxito que esperamos será tan alto que nos permitirá la implantación de un solo embrión y evitar los nacimientos múltiples».
 
 El lactato, vital en el desarrollo embrionario
 
El laborioso trabajo desarrollado por Montiel e Iniesta ha derivado en la identificación del Lactato como marcador. «El grado de concentración de esta sustancia estaba relacionado con el éxito de implantación», afirman. «Se trata de un metabolito presente en el medio de cultivo del embrión y numerosos estudios han indicado que es vital en sus primeros días de desarrollo».
 
Con este punto de partida los científicos crearon el sensor bioquímico que detecta únicamente el Lactato en el medio de cultivo del embrión, descartando el resto de compuestos. «La microgota en contacto con el sensor envía una señal a un dispositivo eléctrico al se encuentra conectado, y en función al grado de concentración de Lactato, emite una respuesta que revela la probabilidad de éxito de ese embrión».
 
«Lo sorprendente de esta técnica es que permite seleccionar el embrión con mayor probabilidad de implantación de la misma forma que otras técnicas más sofisticadas y mucho más costosas», sostiene Montiel.
 
El sensor bioquímico cuenta con la patente nacional y se extenderá a nivel internacional cuando se ponga en marcha su comercialización, debido a los altos costes que requiere este procedimiento.