Un hombre que más tarde, según descubrió, había sido el médico de fertilidad de sus padres y había dejado embarazada a su madre con su propio esperma sin el conocimiento o consentimiento del matrimonio.
Durante años antes de que naciera Rowlette, sus padres, Sally Ashby y Howard Fowler, tuvieron problemas para concebir, de acuerdo con los documentos judiciales. Eventualmente buscaron ayuda profesional de Mortimer quien diagnosticó a Ashby con un útero con punta y Fowler con un bajo recuento de espermatozoides y baja motilidad espermática.
La solución del médico para la pareja: inseminar a Ashby con un cóctel de esperma que contuviera el 85% del “material genético” de Fowler y obtener el resto de un donante. La pareja estuvo de acuerdo con algunas condiciones. La esperma del donante tenía que provenir de un estudiante universitario que se parecía a Fowler con cabello castaño, ojos azules y más de seis pies de altura. A pesar de estas inencines, Mortimer aseguró que le fue imposible encontrar a este donante.
El matrimonio aseguró que si hubieran sabido que Mortimer iba a inseminar a Ashby con su propio material genético, no habrían aceptado el procedimiento, dice la demanda.