El hallazgo incidental que el país conoció el pasado 11 de diciembre, cuando fue hallado un feto calcificado que lleva entre 40 y 47 años en el cuerpo de una mujer, fue resuelto por médicos del Hospital Universitario La Samaritana, quienes decidieron que el ‘niño de piedra’ permanezca en ese organismo.
ELTIEMPO.COM conoció el análisis científico de ese centro asistencial de Bogotá, que explica el tratamiento médico al que fue sometida la mujer de 84 años, quien tras padecer un dolor abdominal durante tres días fue llevada por sus familiares al Hospital de Tunjuelito.
Ante la sospecha de una obstrucción y una perforación intestinal, los médicos de ese centro médico realizaron una radiografía de abdomen, la cual mostró “un embarazo extrauterino tipo litopedium de aproximadamente 30,6 semanas”.
Este fenómeno puede ocurrir una vez por cada 20.000 embarazos, asegura el asesor médico de EL TIEMPO, Carlos F. Fernández.
“Se presenta cuando un óvulo ya fertilizado se adhiere a un lugar externo al útero, como las trompas de Falopio o el mismo abdomen, por ejemplo, sitios que, al no proporcionar las condiciones óptimas para el desarrollo del embrión, lo llevan a la muerte (…) En casos excepcionales el embrión puede crecer más; dado que su tamaño aumenta, el organismo no logra expulsarlo ni reabsorberlo, razón por la cual empieza a calcificarse”, anota el médico.
Hernández agrega que una sustancia “calciferosa” logra que el embrión se deshidrate y se endurezca hasta petrificarse, lo que se conoce como litopedion. (Lea también: Fetos petrificados no son tan raros como se cree)
El pasado 12 de diciembre, luego de que la radiografía de abdomen mostró dicho litopedium, la paciente fue trasladada al Hospital Universitario La Samaritana, donde los médicos analizaron las condiciones de los órganos “intraabdominales” mediante una Tomografía Axial Computarizada de abdomen (TAC).
Tras practicar los exámenes médicos, el personal de salud confirmó que el feto petrificado no era la causa del dolor abdominal.
A la mujer le diagnosticaron colelitiasis, que es la formación de cálculos en las vías biliares. Tras limpiar la vía biliar y extraer la vesícula, la salud de la señora evolucionó favorablemente.
En ese sentido y ante la satisfactoria recuperación de la mujer, los doctores decidieron no extraer el feto. “El litopedium no fue la causa que generó la afectación de la paciente. En vista de las buenas circunstancias (de su salud), la buena tolerancia de la vía oral, se procedió a darle egreso hospitalario (darle de alta) el 29 de diciembre del 2013. Ahora está en casa con sus familiares”, señaló el médico Adolfo León Gómez.
Ante la rareza médica, los profesionales del Hospital Universitario La Samaritana afirmaron que el feto calcificado fue “posiblemente alimentado por un vaso retoperitonial dependiente seguramente de la aorta y la ubicación extra abdominal en la que se encuentra”.
Otros profesionales de la salud consultados por ELTIEMPO.COM indicaron que en el caso de una paciente de 84 años resulta perjudicial practicarle un tratamiento quirúrgico para extraer el feto debido a los riesgos que tienen esta intervención y la anestesia.
Mientras avanza su recuperación, la mujer que ocupó en un día los titulares de medios internacionales deberá asistir a citas de control posoperatorio.