La gestación subrogada ha entrado en el debate político español en las últimas semanas a partir de haberse llevado al Congreso Nacional del Partido Popular y por una propuesta de regulación por parte de Ciudadanos.

En EL PAÍS Opinión hemos publicado algunos artículos sobre este asunto. Noelia Oses pertenece a la asociación Son Nuestros Hijos, escribía hace unos días una tribuna en la que defendía la gestación subrogada “solo cuando una persona o pareja quiere tener un hijo pero no puede gestarlo”. Indicaba que “en ningún caso se debe permitir el acceso a este tipo de gestación por motivos estéticos, de conveniencia o de comodidad”.

Todo lo contrario opinaba Luz Sánchez-Mellado en su columna de EL PAÍS Opinión, que escribió que la gestación subrogada es hacer de las mujeres hornos de gestación. Y en la misma línea escribe Beatriz Gimeno, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, que piensa que se habla “de un supuesto derecho a ser padres/madres, pero todo el mundo convendrá en que tal derecho no existe si se opone a los derechos de otras personas”. Además, cree Gimeno que esta práctica puede convertir el cuerpo de las mujeres en objetos de compraventa.

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