Una maravillosa fuente de grasas, el aguacate aumenta tu fertilidad con las vitaminas E y B, los betacarotenos, cobre y potasio.
El aguacate ha sido siempre un remedio tradicional para la disfunción eréctil.
Tomar aguacates triplica la posibilidad de embarazo in vitro. Lo revela un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, presentado en la Sociedad Europea de Reproducción Humana.
Participaron 150 mujeres mayores de 30 años en tratamiento de fertilidad. Las que consumían más grasas monoinsaturadas (contenidas en el aguacate) tenían tres veces más posibilidades de tener un hijo tras la terapia.
Buena fuente de vitaminas y minerales como el boro, al que se le atribuye la capacidad de elevar a niveles óptimos el estradiol (estrógeno), incluso a niveles más altos que los logrados a través de terapias hormonales, en mujeres en períodos de perimenopausia.
Muchos medicamentos modernos se fabrican a partir de compuestos de plantas. El problema es que tienen efectos secundarios, ya que los compuestos aislados no contienen el bagaje completo de los fitonutrientes.
Las hierbas, cuando se consumen en dosis correctas, pocas veces tienen efectos secundarios. Vais a conocer las mejores hierbas, que además se pueden conseguir con facilidad.
Las hierbas aumentan la fertilidad y la líbido, pero la información que damos aquí, no reemplaza el consejo de un herborista cualificado, quien estará capacitado para preparar la poción a medida de tus necesidades, teniendo en cuenta tu estado de salud, tu fertilidad y tu líbido. No se debe nunca exceder la dosis recomendada.
Aunque el sobrepeso no afecta en la misma medida al hombre que a la mujer, es cierto que el hombre con sobrepeso se le puede reducir tanto la calidad como la cantidad del conteo de esperma.
La evidencia indica que los hombres deberían mantener un IMC entre 20 y 24 para tener los índices de hormonas adecuados y una buena calidad seminal para fecundar a su pareja.
Si sufres este problema no está todo perdido. Debes saber que según el estudio “Impact of overweight on assisted reproduction treatment”, con tan sólo adelgazar 5% de tu peso, tu salud reproductiva puede mejorar de forma importante. En el caso de los hombres, la obesidad también puede causar disfunción eréctil y una disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales.
Podemos afirmar que diez kilos de más en el hombre aumenta un 10% sus problemas de infertilidad.
Su contenido de proteínas es tan fácilmente asimilable por el organismo que actuará rápidamente hacia las células, a diferencia de la carne, mucho más difícil de procesar y digerir por el cuerpo humano.
Las algas son ricas en vitaminas B6, B2 y B12, nutrientes por excelencia para la fertilidad de la mujer, especialmente para las que tienen elevados niveles de prolactina, como en el caso de mujeres que beben bebidas dietéticas o digieren edulcorantes en cualquiera de sus formas.
Las algas también sirven para desintoxicar el cuerpo de metales pesados, incluso mercurio y plomo, además de otras toxinas que son nocivas para la concepción. El alto nivel antioxidante que se ha descubierto las algas las convierten en un alimento ideal para el antienvejecimiento.
Los minerales son ingredientes mágicos para la salud y para la fertilidad. Lamentablemente, las prácticas de cultivo comercial agotan los minerales del suelo, y en consecuencia, casi todo el mundo está deficiente de ellos, en mayor o menor medida.
Los agricultores saben que al agregar minerales al suelo se le devuelve la vida, y el polvo de piedra molida, es un gran minerilizador del suelo.
Los animales también muestran un gran incremento de su fertilidad cuando son alimentados con minerales.
En el libro Vencer la infertilidad naturalmente, Karen Bradstreet describe los fantásticos experimentos de fertilidad llevados a cabo por un hombre llamado Rollin. J. Anderson de Utah. Primero con un toro cuya infertilidad casi le costó la vida, pero fue salvado por Anderson agregándole minerales a su alimentación. Obtuvo el mismo resultado con un semental de catorce años de edad, el cual pudo seguir engrendando varios potrillos.
Una de las historias cuenta que Anderson separó varias ovejas que iban a ser sacrificadas por que ya no podían procrear, después de comprar un carnero considerado “infértil”. Mineralizó la pastura, le dio al carnero suplementos extra de minerales y lo dejó retozar y disfrutar cuanto quisiese con las ovejas. Los escépticos que lo rodeaban apostaron que en el caso de que lograse procrear algún cordero, jamás podrían ser más de seis. A la primavera siguiente, este animal, supuestamente infértil, ¡había procreado treinta y un corderos!