El centro de reproducción asistida Institut Marquès de Barcelona ha comenzado a prescribir clases de sexo y erotismo a algunas parejas que ansían tener hijos y se toman las relaciones sexuales como una tarea y, muchas veces, les genera ansiedad, lo que reduce las posibilidades del embarazo.
Según ha explicado la directora del Institut Marquès, Isabel López-Teijón, “cuando el embarazo no llega, la pareja tiende a disminuir el deseo y la frecuencia de las relaciones sexuales, algo que resulta contraproducente”.
“Los deseos de conseguir un embarazo a toda costa provocan que, a menudo, muchas parejas orienten sus relaciones sexuales exclusivamente hacia ese objetivo, convirtiéndolas en actos rutinarios y monótonos”, ha añadido López-Teijón, quien ha recordado que “desde un punto de vista médico, es aconsejable mantener una vida sexual activa, sana y satisfactoria para incrementar las posibilidades de embarazo”.
Por este motivo, el Institut Marqués ha puesto a disposición de todas las parejas que estén buscando un hijo la posibilidad de asistir a un novedoso taller: clases de sexo y erotismo para parejas que persiguen un embarazo.
Se trata de talleres de dos horas de duración que son impartidos por profesionales de la empresa Sex Academy, expertos en sexología, terapia sexual y de pareja.
Su objetivo es proporcionar recetas para conectar con el placer si el embarazo no llega y recuperar el deseo y la excitación sexual de la pareja.
“Muchas mujeres creen que se van a quedar embarazadas el primer mes, y si no lo consiguen, tanto ellas como sus parejas empiezan a generar ansiedad empeorando la calidad y la cantidad de coitos. Las parejas tienen relaciones con menor frecuencia a medida que aumenta su deseo de embarazo”, según la directora del centro.
Según López-Teijón, los varones que no buscan un embarazo eyaculan, de media, 3,2 veces por semana, disminuye a 2,6 eyaculaciones semanales cuando llevan 1 año intentándolo y se reduce hasta 1,2 cuando el período es de 2 años.
“Por eso, los médicos prescribimos este taller a parejas en las que el sexo se está convirtiendo en una mera tarea. Está demostrado que el grado de excitación sexual masculina incide directamente en la calidad del semen. Ésta también mejora cuando se incrementa el número de eyaculaciones. Y es evidente que mejorar la calidad y la frecuencia de las relaciones incrementa las posibilidades de embarazo”, ha concluido López-Teijón. EFE
La cuenta atrás para realizar el primer trasplante útero en España ya ha comenzado. El doctor Francisco Carmona, responsable del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y director médico del Women’s Carmona Dexeus, y su equipo se sienten perfectamente preparados para ejecutarlo y tienen seleccionada la «paciente perfecta». Disponen también del beneplácito de la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT).
Carmona, que el pasado febrero participó en el primer trasplante de útero en México, confía en que a comienzos de 2020, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que hasta ahora ha vetado la intervención, la autorice. «No podrán decir que no porque disponemos de profesionales altamente capacitados y también de la paciente y la receptora idóneas», señala el experto en laparoscopia ginecológica del Clínic en una entrevista concedida a ABC. «Los motivos por los que la Organización Nacional aún no la ha autorizado son estrictamente éticos», añade.
Lleva meses proponiendo a su equipo para realizar el primer trasplante uterino en nuestro país ¿cuáles son las razones por las que aún no se ha autorizado
Tenemos un equipo muy bueno de anastomosis vascular, un urólogo también de los mejores, una gran experiencia en trasplantes vivos…El director general del Clínic también está entusiasmado. La única traba por la que la Organización Nacional de Trasplantes no nos ha autorizado aún la operación son los problemas éticos asociados al procedimiento. El útero no es un órgano vital como el corazón o el hígado, y la intervención conlleva riesgos. Pese a ello, con el caso que presentaremos, probablemente en enero o febrero, a la ONT le va a costar mucho decir que no.
Hasta la fecha se han realizado en el mundo 67 trasplantes de útero, de los cuales, un 22,3 por ciento han dado lugar al nacimiento de un bebé vivo. ¿Qué pacientes son las candidatas?
La indicación para esta cirugía es exclusivamente para mujeres que no tienen útero o tienen un problema endometrial severo. No es una alternativa al in-vitro. Deben ser mujeres que hayan sido madres, premenopáusicas, sin patologías previas en el útero, que no fumen y que tengan menos de 60 años. Las donantes deben también cumplir unos requisitos; el principal: que estén en fase premenopáusica, que estén sanas y sean histocompatibles con la receptora.
¿En qué consiste la intervención y qué riesgos conlleva a las pacientes?
Primero realizamos los embriones en el laboratorio, después realizamos la cirugía y, finalmente, después de dos o tres menstruaciones procedemos a la transferencia embrionaria. Es una intervención larga (suele durar unas 10 horas) y las complicaciones asociadas son las vinculadas a la entrada a un quirófano, como riesgos de neoplasia, infecciones, hemorragias. Las pacientes deben aceptar algunas condiciones cuando se someten al trasplante como la de que, una vez conseguido el segundo nacimiento, se sometan a una histerectomía, es decir se le extraiga el útero trasplantado para evitar problemas de inmunosupresión.
Usted participó en febrero en el primer trasplante de útero realizado en México ¿fue de donante vivo?
Sí. Fue una donación altruista. Lamentablemente no hubo embarazo a causa de una infección por hongos.
¿Es cara la intervención? ¿Sería muy costosa de asumir por la sanidad pública de generalizarse el procedimiento?
El coste es de entre unos 15.000 euros o 20.000 euros frente a los 6.000 de una Fecundación In Vitro (FIV). De generalizarse el procedimiento y, dado su elevado porcentaje de éxito, podría generar una demanda difícil de asumir para un gobierno.
Es referente en endometriosis. Desde el Clínic y Women’s Carmona Dexeus, ha impulsado acciones para mejorar el conocimiento de esta enfermedad y poder así pevenir una progresión severa ¿Se ha avanzado algo en los últimos años?
La endometriosis sigue siendo una enfermedad desconocida. Las mujeres siguen pensando que tener reglas dolorosas entra dentro de la normalidad pero no es para nada normal. Poco a poco esta calando el mensaje pero solo cuando lo tengan asumido y consulten al especialista ante esa situación se podrá combatir la enfermedad de forma más eficaz.
¿Es difícil diagnosticar la endometriosis?
El cuadro sintomatológico es variado y las pruebas diagnósticas no son siempre capaces de apuntar un diagnóstico. Lo que sí es cierto es que un 80 por ciento de los casos de dolores severos durante la menstruación que, pese a no haber diagnóstico de endometriosis se tratan, mejoran.
¿Cuántas mujeres con endometriosis presentan problemas de fertilidad?
Entre un 30 y un 50 por ciento.
La primera vez en una consulta de infertilidad. Todo son preguntas y muchas respuestas. Queda un camino largo por recorrer, pero gracias a la ayuda de los profesionales y de los avances en el campo de la reproducción asistida, los tiempos se acortan. Al menos, el tiempo psicológico. Esa larga espera que acumulan los padres cuando se sientan por primera vez frente a un especialista.
1. El bebé deseado no llega e inevitablemente, la primera pregunta es: ¿Qué nos pasa, doctor? Para obtener una respuesta precisa, clara, habrá que esperar al resultado de las pruebas que se diferencian por sexos. Si generalizásemos se podría decir, afirman los expertos de Clínicas Eva, que en el caso de ellas, la edad suele jugar un papel determinante. En el de ellos, el problema suele tener su origen en alteraciones en las características del semen.
2. ¿En qué consiste el estudio femenino de fertilidad? En un estudio exhaustivo del historial médico de la paciente, una ecografía vaginal y analítica general y hormonal. Esta última se realiza entre los días tres y cinco del ciclo hormonal.
3. ¿Y el masculino, de qué pruebas se compone? Consiste en un seminograma, el estudio del comportamiento de los espermatozoides. Se estudian los aspectos macroscópicos, como la viscosidad o el volumen; y los aspectos microscópicos, como la concentración y la movilidad. También es posible realizar un Recuento de Espermatozoides Móviles, conocido como REM.
4. Una vez detectado el problema: ¿Cuánto dura el tratamiento? Los tiempos de los tratamientos, bien sea Inseminación Artificial, bien sea Fecundación In Vitro, son similares: unas cinco semanas aproximadamente.
5.¿Será mi bebé diferente, menos sano por haber nacido mediante reproducción asistida? En absoluto. Muy al contrario, gracias a una técnica llamada DGP se pueden detectar y descartar las alteraciones en los genes que causan enfermedades en los embriones.
6. ¿Y si ha nacido gracias a un donante anónimo? La selección de donantes es un procedimiento sometido a unos estrictos controles sanitarios y legales. Los donantes deben pasar por una serie de pruebas tanto físicas como psíquicas, además de un severo reconocimiento médico. Todo ello permite descartar patologías que pudieran afectar a la salud del futuro bebé.
7. ¿Se parecerá a mí si el bebé nace por ovodonación? En los programas de selección de donantes, explican los profesionales de la clínica, se garantiza la máxima similitud fenotípica de la donante con la futura madre. Es decir que ambas se parezcan lo máximo posible en aspectos como el peso, el color de piel y ojos y la talla. No se admiten, en cambio, personas con parentesco directo.
8. ¿Podríamos entonces elegir en una donación de óvulos las características físicas que queramos para nuestro bebé? No, lo prohíbe la ley de Reproducción Asistida. El Comité de Bioética vigila para que no se tengan «bebés a la carta» producto del capricho o las modas.
9. ¿Sabremos algún día la identidad de la donante de los óvulos que han hecho posible nuestro embarazo? No se puede, de momento, por la misma ley, que garantiza el anonimato en la donación. Sólo estaría permitido en el caso de que estuviese en peligro la salud del bebé nacido por esta técnica y fuese necesario saber quién es la donante por si, por ejemplo, fuera necesario un trasplante.
10. ¿Cuándo comienzo a tomar la medicación para el tratamiento? Entre el primer y quinto día de menstruación, según la recomendación del ginecólogo y bajo la supervisión del mismo. La medicación busca la estimulación ovárica, conseguir el mayor número de ovocitos, y por tanto de posibles embriones, para así aumentar las posibilidades de conseguir el embarazo.
11. ¿Cómo se administra la medicación? La vía más usada es debajo de la piel, mediante una inyección, por vía subcutánea, normalmente en la zona abdominal. Se realiza en el propio domicilio, siguiendo las indicaciones de los doctores.
12. ¿Cómo voy a sentirme con la medicación? Los síntomas habituales son retención de líquidos y cambios de humor. Es normal sentirse hinchada.
13. ¿Duele la punción para extraer los óvulos para el tratamiento de Fecundación in Vitro? Es un procedimiento indoloro que se realiza en clínica bajo sedación locación local para que la paciente no sienta ninguna molestia. La punción se realiza también para extraer los óvulos en una vitrificación.
14. ¿Es obligatorio realizar la HSG en un tratamiento de Inseminación Artificial? No es obligatorio pero sí recomendable. La Histerosalpingografía permite conocer el estado de las trompas de Falopio, comprobar que no están obstruidas y que los espermartozoides pueden llegar sin obstáculos al óvulo.
15. Una vez que se ha producido la transferencia del embrión al útero materno: ¿Qué tipo de vida puedo llevar? Tras la transferencia es necesario permanecer en reposo en la clínica durante la primera media hora y en reposo relativo en casa las siguientes 24 horas. No se debe practicar la natación ni sumergirse en piscinas, en playas o en la propia bañera hasta obtener los resultados.
16. ¿Qué síntomas tendré entre la transferencia embrionaria y la prueba de embarazo? Ninguno necesariamente pero podrías experimentar cólico, cansancio, hinchazón, náuseas e incluso vómitos y sangrados leves.
17. ¿Qué pasa si sangro días después de la transferencia? Un ligero sangrado tras la transferencia no tiene por qué suponer nada. Ocurre a menudo. Es un síntoma frecuente.
18. ¿Cuándo sabré si estoy embarazada o no? Aproximadamente dos semanas después de la transferencia de embriones. Entonces se puede proceder a realizar el test de embarazo.
19. Si el resultado es negativo… Habrá que esperar unos 45 días para proceder a la criotransferencia, es decir, una nueva implantación de los embriones que ya se tienen congelados. Es posible que el doctor pueda solicitar nuevas pruebas y estudios para descartar patologías.
20. Si el resultado es positivo… Después de la primera ecografía en la que se observa el latido del bebé, se procederá a las revisiones ginecológicas habituales de la paciente. Enhorabuena. Lo has conseguido.
Con una tendencia creciente desde el año 2013, cada vez son más las mujeres que deciden emprender en solitario la que quizá sea la aventura más importante de su vida: ser madres. Con el cambio de los modelos sociales y la aparición de nuevos modelos de familia, la monoparentalidad está cada vez más asentada en España.
Cuando llega el momento en el que estas mujeres se plantean ser madres, surgen necesidades informativas que muchas veces es complicado resolver. Con este fin, IVI ha lanzado una guía práctica descargable para este tipo de familias. En sus centros, el año pasado realizaron cerca de dos mil tratamientos a mujeres que decidieron afrontar la maternidad sin pareja.
«A las dudas frecuentes a las que se enfrenta una mujer que quiere ser madre dentro de una familia tradicional se suman otras en el caso de una futura madre soltera. Son comunes las preguntas sobre el posible donante, también preocupa estar bien informada acerca de los tratamientos, y tener clara la legislación vigente para que desde el inicio puedan contar con toda la información disponible», explica Soledad Chamorro, responsable de la Unidad de Psicología de IVI Madrid y parte activa en ‘la mejor decisión’, la primera guía virtual para madres solteras.
Además, son frecuentes las dudas sobre aspectos legales (documentación, ayudas…), tipos de tratamientos, datos de crecimiento de madres solteras, testimonios de pacientes, testimonios de psicólogas, incluso hij@s de madres solteras, revelación de orígenes… esta guía inédita aglutina todas las respuestas y supone una herramienta para todas aquellas madres solteras que deseen estar informadas antes de dar el paso.
¿Cómo son las madres solteras por elección?
Dentro de la diversidad de cada caso, que cada mujer tiene sus propias vivencias y motivación, diferentes estudios realizados sobre este perfil de mujer establecen unos rasgos comunes a todas las ellas: destaca su autoestima y una alta satisfacción vital en general; a nivel socioeconómico, han conquistado la autonomía en el plano laboral, financiero y, especialmente, destaca un perfil psicológico seguro. Según los datos de las mujeres que acuden a la clínica IVI, en su mayoría son mujeres que toman esta decisión cuando tienen 40 años o los rondan, y como profesiones, encontramos que predominan las profesoras, las administrativas y las enfermeras.
¿Qué es la betaespera?
La betaespera es un término utilizado en Reproducción Asistida, que hace referencia al periodo de tiempo que transcurre desde la transferencia embrionaria hasta el día en el que conocemos el resultado del tratamiento, aproximadamente entre 9 y 13 días, (dependiendo del día en el que se transfiere el embrión al útero). El resultado lo conoceremos mediante una prueba sanguínea, la Beta HCG, científicamente conocida como la Gonadotropina Coriónica Humana, con un valor numérico que nos indicará si es la beta positiva o beta negativa.
¿Qué síntomas físicos podemos tener?
Durante estos días es normal tener síntomas físicos ya que nuestro cuerpo está bajo los efectos de la medicación trabajando para que el embrión anide y se quede con nosotras.
Los síntomas físicos durante estos días son independientes del embarazo y, pueden ser muy similares a los de la menstruación, o bien haber una ausencia de síntomas.
Algunos de los síntomas que puedes sentir son: náuseas, dolor lumbar, flujo vaginal, ligero sangrado, calambres, ganas de orinar frecuentemente, cansancio, etc.
¿Cómo nos sentimos durante la betaespera?
Son días largos, en los que tenemos la sensación de que los días tienen más de 24 horas, y además nos encontramos en un estado de espera continuo, anhelando que el resultado sea positivo, una espera que, por lo general, se hace pesada, lenta y eterna.
Vivimos el día pensando… ¿estaré embarazada?, respuesta que no obtendremos hasta el día correspondiente, sin embargo, esa pregunta se hace repetitiva una y otra vez en nuestros pensamientos. Como no tenemos respuesta, empezamos a buscarla atendiendo a nuestras sensaciones físicas, observándonos, escuchándonos y adelantando acontecimientos.
Tenemos la creencia errónea de que “deberíamos” sentir algo “especial” y de no ser así, adelantamos que no hay embarazo. Por lo que, nos empiezan a visitar miedos y preocupaciones, originándonos un estado ansioso que nos agota. Esos pensamientos del futuro los creamos nosotras, dirigidos por el miedo. El miedo nos bloquea, y hace que desconfiemos de nosotras mismas, de nuestro cuerpo, de nuestro embrioncito.
Empezamos a hacer búsquedas sobre todo lo relacionado con la betaespera, creemos en exceso todo lo que leemos y, encontramos excesiva información sobre la betaespera positiva (espera que da lugar a embarazo), betaespera negativa (espera que da lugar al temido no embarazo), intentando identificarnos con ella. Al cabo de los días, tras nuestro resultado, nos damos cuenta que nuestra betaespera (y cada una de ellas) es única.
Consejos para la betaespera:
APRENDER A ESPERAR: Cuando esperamos, tendemos a poner nuestro foco de atención en ese acontecimiento tan esperado, en ese pensamiento, por lo que desconectamos de nuestra realidad, de nuestro día a día, porque nuestra atención está continuamente en nuestros pensamientos, y en el futuro, adelantándolo, y nos resulta difícil de controlar. Esa desconexión es la que nos provoca sentirnos agotados y es la que hace que el día se haga eterno.
Muchas veces, no sabemos si durante esos días es mejor estar de vacaciones para poder llevarlo mejor, sin estrés, sin dar explicaciones, o, por el contrario, seguir con la rutina del trabajo para mantener la mente ocupada. Y es que, a cada uno le va bien una cosa, porque no va a depender de donde estemos sino, de saber esperar estemos donde estemos, dirigiendo la atención al momento presente, al aquí y ahora y no al futuro; cuestiónate “¿a qué le estoy prestando atención?” …
Es clave para reconducir los pensamientos, aprender a dirigir la atención al momento presente, para regularnos y atender al aquí y ahora, conectando con nuestro cuerpo, confiando, respirando, y percibiendo nuestras sensaciones, aceptándolas sin prejuzgar, sin adelantar… solo dejándonos llevar y, concentrándonos en que …Hoy va todo bien, mañana no lo sé…
Tu embrión necesita que confíes en él, sin miedo, con tranquilidad, con calma.
Natalia Romera, psicóloga en el Instituto Bernabeu.
Una de cada seis parejas en España tiene problemas para tener hijos. Muchas recurren a técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro, un tratamiento complejo para unir el óvulo con un espermatozoide en el laboratorio. El objetivo es obtener embriones de buena calidad que, tras transferirlos al útero materno, puedan fructificar en un embarazo. La técnica funciona, pero existe todo un rosario de complementos que no tiene por qué hacerlo. Como respuesta a la creciente demanda, la medicina reproductiva ha investigado docenas de complementos para mejorar el resultado, y algunas clínicas los ofrecen aunque no siempre estén respaldados por suficiente evidencia científica. Es el caso de procedimientos tan dispares como “la eclosión asistida” o “el pegamento embrionario”, que prometen aumentar las posibilidades de tener un bebé sin contar con estudios suficientes que los avalen, según advierte una serie de artículos científicos de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva que ha visto la luz en la revista Fertility and Sterility.
“El único objetivo que tiene gran parte de estos métodos es sacar dinero. Se aprovechan de la tormenta perfecta de que miles de parejas están desesperadas y tienen una ansiedad increíble por encontrar tratamientos milagrosos. Se juega con la desesperación de la paciente con campañas de marketing, se falsean las cifras de los tratamientos y colocan a la gente cualquiera de estos métodos. Al final tenemos una población cautiva de la mala praxis médica, en la que entra un factor externo como el negocio”, sentencia el ginecólogo Rafael Bernabeu, director médico del Instituto Bernabeu y director de la cátedra de Medicina Reproductiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
La fecundación in vitro, recuerda este experto, trabaja con embriones humanos que anidan en un porcentaje menor de lo deseado, en el que el proceso de implantación es todavía desconocido. “Solo tenemos información fraccionaria de algún aspecto que puede mejorar con algún tratamiento, pero lo demás está basado en un interés de la medicina compasiva: la paciente pide algo y se le da un placebo para que se vaya más tranquila a casa”, señala Bernabeu. Estos son los complementos que las nuevas investigaciones han señalado como carentes suficiente base científica que asegure su eficacia.
La eclosión asistida no garantiza más probabilidades
El embrión está rodeado de una corteza, la zona pelúcida, que debe romper para anidar en el útero. En la actualidad, la eclosión asistida requiere el uso de un láser -antes solía aplicarse ácido- para disgregar parte de esa cápsula, que se pule como si se tallara un diamante para hacer un orificio en la membrana. El objetivo es que el embrión salga y se implante en el útero. La eclosión (también conocida como hatching) asistida resulta efectiva cuando forma parte de un procedimiento para extraer una muestra del tejido embrionario.
“El embrión extruye a través del orificio algunas células de la futura placenta. A los tres días, estas células se recogen y se hace una biopsia para estudiar la composición cromosómica del embrión para evitar implantaciones que solo provoquen un aborto o anomalías”, describe Bernabeu. El problema es que la técnica del hatching asistido no cuenta con la suficiente evidencia científica para apoyar su uso generalizado, no mejora los resultados del embarazo. “Solo es una etapa previa para realizar una biopsia al embrión, pero no garantiza más posibilidades de embarazo”, advierte el ginecólogo.
El examen genético preimplantacional no es para todas
El ovario clasifica los ovocitos por competencia biológica. Los primeros en liberarse corresponden a los más competentes, lo que explica la alta tasa de embarazos en la adolescencia y el ínfimo porcentaje de abortos y nacimientos de niños afectados por anomalías. Con la edad, la curva de la fertilidad desciende, con una caída dramática a partir de los 35 años. Pasados los 40, cuatro de cada cinco embriones serán anómalos o aneuploides, es decir, con un número de cromosomas incorrecto. El examen genético preimplantacional, también conocido por sus siglas en inglés PGT-A, permite saber si los cromosomas que dirigen las divisiones celulares tienen el número adecuado. “Ahora hay forma de discernir si puede dar a un síndrome de Down o si es sano, aunque el aspecto de ambos embriones sea idéntico”, destaca Bernabeu.
A los dos días, el embrión empieza a extruir células, y se toman muestras para analizarlas a través de la eclosión asistida. “Inicialmente, las primeras biopsias se hacían a los tres días de vida, cuando el embrión consta solo de ocho células. La técnica implica arrancar una o dos células, por lo que es muy agresiva en una etapa temprana tan vulnerable. Es mejor aplicar un PGT-A a los cinco o seis días, al haber más células”, aconseja este ginecólogo. En caso de mujeres de 30 años, la posibilidad de que el número de cromosomas sea anormal es muy reducida, por lo que se desaconseja realizar este examen. “El PGT-A se indica en casos de edad de maternidad avanzada, de abortos de repetición, de factor masculino severo y de causas desconocidas, en los que todo parece estar bien, pero la mujer no gesta. Universalizarlo no tiene sentido. Los casos de mujeres con un nivel cromosómico normal, aunque tengan 40 años, tendrán las mismas posibilidades que cuando tenían 20″, señala el experto.
Sistema ‘Time-lapse’, ¿para qué tantas fotos?
Basada en un sistema de incubación, este método consiste en tomar fotos del embrión de forma periódica para realizar una secuencia de imágenes en la que se observa la división celular del embrión. A pesar de que existan diversos sistemas comercializados, no cuenta con la evidencia que fundamente su utilización, y solo supone un incremento de coste en el tratamiento. “Esta tecnología solo puede evaluar embriones por debajo de tres días de desarrollo, y hay que tener en cuenta que los transferimos al quinto o sexto día. No hay todavía un volumen de evidencia para sostener su efectividad”, explica Bernabeu.
Pegamento embrionario, un adhesivo que no pega
Aunque su nombre resulte muy atractivo para las pacientes que desean lograr el embarazo, hay que desengañarse. No existe un pegamento para adherir el embrión, por mucho que quienes publiciten esta técnica la describan como una sustancia con altos niveles de ácido hialurónico que ayuda a que el útero se torne más pegajoso, lo que ayuda a que se implante el embrión. “El embryo glue, o pegamento embrionario, no sirve para nada. Su nombre induce a error porque parece que se pueda adherir el embrión con pegamento. Estamos preparando un artículo que se encuentra en fase de publicación, el cual se suma a otros trabajos publicados, y coincidimos que no aumenta la tasa de embarazo”, sentencia Bernabeu.
Rascado endometrial, un procedimiento en entredicho
Durante mucho tiempo, clínicas como la del ginecólogo Bernabeu han aplicado esta técnica basada en un estudio publicado en 2003 por un grupo de investigación israelí. El endometrio, la mucosa que recubre el interior del útero, lo compone por un tejido esponjoso repleto de sangre, glucógeno, hidratos y demás elementos que el embrión necesita. La hipótesis inicial partía de que, si se labra un surco, se crea una herida en el endometrio que luego vuelve a cubrirse, y ese proceso de reparación podría aumentar la receptividad y explicar un incremento en la tasa de embarazo. Desafortunadamente, los estudios publicados desde entonces son contradictorios. “Hay trabajos que demuestran que puede haber una mejoría y otros en los últimos años, por el contrario, señalan que el rascado o scratching no mejora los resultados”, reconoce Bernabeu. El rascado se aconseja en algunos casos de mujeres con fallos de implantación reiterados sin causa conocida.
No daña, pero ¿ayuda la vasodilatación?
Los vasodilatadores de la arteria uterina para aumentar el aporte de sangre en dicha arteria a través de vasodilatadores que, al relajar los vasos sanguíneos, disminuyen la resistencia. “En algunos casos de mujeres que ya han pasado por varios fracasos con tratamientos y tienen el reducido riego sanguíneo, indicar vasodilatadores puede tener su lógica y puede mejorar, aunque no está claramente comprobado”, apunta Bernabeu. Los especialistas han llegado a utilizar la Viagra para conseguirlo, pero no han tenido éxito, recuerda el ginecólogo. “Se han empleado otros fármacos vasodilatadores con la posibilidad de aumentar algo el flujo de sangre al útero y mejoran la irrigación de la cavidad, pero no deja de ser todavía una hipótesis de trabajo”. Lo único bueno es que son tratamientos que no tienen efectos secundarios, no son costosos económicamente y son bien tolerados.
Activación artificial de óvulos, un concepto aventurado
Las mujeres solo pueden producir ovocitos durante tres meses en toda su vida, desde la semana undécima del embarazo a la semana vigesimosegunda o vigesimotercera, es decir, del tercer al quinto mes de gestación. A partir de los 40 años se pierden los ovocitos que puedan dar lugar a embarazo, y entra una confrontación entre lo que la biología dictamina y la sociedad permite. “Si se pospone la maternidad, las pacientes nos piden ayuda cuando tienen agotada su dotación de ovocitos, pueden quedar óvulos pero no son fertilizables, o pueden dar lugar a anomalías o abortos con un porcentaje muy alto”, explica el especialista.
A pesar de que la desesperación tanto de pacientes como de médicos por generar ovocitos -creados a partir de otras partes del organismo o en cultivo- ha llevado a investigar esta línea de trabajo de forma insistente en los últimos doce años, todavía no se ha aplicado en humanos. “Sin embargo, todavía no hemos sido capaces de generar ovocitos, son trabajos experimentales. El problema es que todas las células tienen 46 cromosomas, excepto dos, en el testículo y en el ovario, donde se reducen a la mitad. Esa reducción todavía es fruto de la especulación científica. Decirle hoy a una mujer que se le puede implantar ovocitos artificiales no tiene ningún soporte médico ni científico”, recalca este especialista en medicina reproductiva.
La inmunoterapia, solo en caso de enfermedad
Una de las variantes de esta técnica corresponde a la inmunoterapia con linfocitos, desarrollada para mujeres con pérdida recurrente del embarazo sin causa aparente. Está prohibida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y, sin la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, solo se practica en contados centros privados de Latinoamérica, Asia y Europa. El tratamiento consiste en aplicarle a la paciente inyecciones intradérmicas compuestas de glóbulos blancos del futuro padre, lo que provoca una supuesta reacción en su sistema inmunológico que ayuda a la aceptación del bebé. El coste de las dosis, que también pueden administrarse cada tres o cuatro semanas durante la gestación para mantener activa la reacción inmunológica, puede alcanzar los 1.300 euros.
Las técnicas de inmunoterapia están exclusivamente indicadas en casos de enfermedades inmunitarias que afectan a la madre. “Todo lo demás es fruto de la falacia”, advierte Bernabeu. En caso de que no existan problemas con el sistema inmune, la aplicación de esta terapia no cuenta con evidencia que avale su beneficio. “Se han administrado corticoides, inmunosupresores o tratamientos sobre la base de una hipotética posibilidad de lo que se llama el rechazo embrionario. Si se le dice a una paciente que es posible que su cuerpo rechace el embrión y que le dará un tratamiento para que no ocurra, la mujer lo querrá, pero no está demostrado que funcione”, explica el ginecólogo.
Infusiones intralipídicas, solo placebo
Relacionada con la inmunoterapia, esta técnica surgió de la inspiración de algunos investigadores al observar que, en algunos casos, la alimentación intravenosa en pacientes con dificultades para nutrirse por vía oral mejoraba su sistema inmune. “Se pensó que se podría aplicar a pacientes sanos, por ejemplo, a mujeres en tratamientos de fecundación in vitro antes de transferir el embrión”, explica Bernabeu. Se trata de modular la respuesta inmunitaria materna en la llegada de un embrión, que es entendido como un elemento externo al sistema inmunitario. “Esta vía debería permitir que, durante el tiempo de transferencia, el sistema inmune no estuviera tan activo, pero solo es una suposición teórica”, recalca Bernabeu.
Las infusiones intralipídicas se han utilizado en pacientes con las que otros métodos han fracasado estrepitosamente. “Las infusiones se indican para casos muy concretos de enfermedades inmunes, usarlas sistemáticamente es aprovecharse de los pacientes sin justificación”, apunta Bernabeu. Se trata de un tratamiento compasivo, o placebo, al igual el uso de la heparina, que es un anticoagulante como la aspirina -también se ha planteado en ciertos casos-, pero hay trabajos que dicen que mejora, y otros estudios lo niegan. “Depende del grupo de población. No es lo mismo una pareja que lleva cinco años con tratamiento a la que lleva un año, puede que en el primero pueda experimentar una mejora”, señala Bernabeu.
Una infructuosa inyección intracitoplásmica
El funcionamiento de este método consiste en microinyectar un único espermatozoide directamente en el interior del ovocito para conseguir su fecundación. Se aconseja en casos de factor masculino severo, cuando el futuro padre tiene una calidad seminal muy baja o por problemas de causa desconocida. “Por su rapidez y comodidad, hay laboratorios que la hacen a todas las parejas, pero es un método agresivo que tiene sus indicaciones y limitaciones”, observa Bernabeu. Similar a esta técnica, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides morfológicamente seleccionados, basada en que un microscopio seleccionaba el mejor espermatozoide y conseguía aumentar la fertilidad, resultó infructuoso. “Fue un ‘bluf’, no servía en absoluto. Se replicaba y no funcionaba”, recuerda este experto.
El incompleto test de receptividad endometrial
No es infrecuente que las mujeres que se han sometido a un buen número de tratamientos busquen información acera de esta técnica en Internet. El test de receptividad endometrial, que se ofrece a un precio que oscila entre los 300 y 900 euros, promete hacer un análisis para saber cuál es el mejor momento para implantar el óvulo. Pero cuenta con dos importantes limitaciones para que se aplique en la práctica médica. Por un lado, no se ha encontrado un panel de genes que discrimine con suficiente claridad un endometrio receptivo; por el otro, hay que evaluar su papel en pacientes que sufren fallos repetidos de implantación embrionaria, dado que hasta un cuarto de estas pacientes puede tener una ventana de implantación adelantada o retrasada. “En estos momentos, adolece de trabajos bien diseñados que demuestren sus beneficios”, advierte Bernabeu.