La investigación es uno de los pilares básicos de nuestro grupo desde los inicios, por eso en 1997 se creó la Fundación IVI: una entidad sin ánimo de lucro que vela por impulsar nuevas líneas de investigación que permitan avanzar en el estudio de la reproducción humana, divulgar el conocimiento adquirido y cooperar responsablemente con la sociedad mediante acciones de solidaridad que ayuden a colectivos necesitados. Por ello, IVI como grupo destina un 10% de sus ingresos a investigación. Dirigida por los profesores Carlos Simón y Antonio Pellicer, dos de los científicos más prolíficos del mundo, la Fundación IVI está integrada por un equipo de médicos, biólogos, químicos, farmacólogos y bioquímicos que trabajan en proyectos de investigación de gran impacto científico y clínico en el campo de la reproducción humana y animal.
La investigación que se lleva a cabo en la Fundación IVI es determinante para nuestros tratamientos, que van avanzando a medida que descubrimos nuevos métodos y los implantamos en nuestros laboratorios para ofrecértelos posteriormente en nuestras consultas.
Premio a la investigación
Carlos Simón, Director de la Fundación IVI (www.ivi.es) ha sido uno de los premiados de la XXIII Edición de los Premios Rey Jaime I. El Doctor es Catedrático de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina y Odontología, Director Científico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y coordinador del Micro-Clúster de investigación de Medicina Regenerativa del VLC/CAMPUS. Ha sido galardonado por sociedades científicas de Medicina reproductiva americanas y europeas, y hoy recibe el que es el premio más significativo en su carrera, Jaime I por investigación científica.
Un estudio publicado en la revista Nature Medicine informa que investigadores del Imperial College de Londres hallaron que altos niveles de una proteína llamada SGK1 están relacionados con la infertilidad, mientras que niveles bajos vuelven a una mujer más propensa a sufrir un aborto espontáneo.
Las enzimas son proteínas que catalizan o aumentan las tasas de reacciones químicas. Jan Brosens, que dirigió el estudio en el Imperial College y actualmente trabaja en la Warwick University, dijo que estos resultados sugieren que podrían diseñarse nuevos tratamientos contra la infertilidad y los abortos espontáneos a partir de la SGK1. “Puedo imaginar que en el futuro probablemente tratemos la cubierta del útero colocándole fármacos que bloqueen la SGK1 antes de que la mujer se someta a una FIV (fertilización in vitro)”, dijo el experto en un comunicado. “Otra potencial aplicación es que el aumento de los niveles de SGK1 pueda usarse como una nueva forma de anticoncepción”, añadió. La infertilidad es un problema mundial que los expertos estiman afecta a entre el 9 y el 15 por ciento de las personas en edad reproductiva.
Más de la mitad de los afectados buscará asesoramiento médico con la esperanza de tener un hijo. Alrededor de una de cada 100 mujeres que busca concebir sufre abortos espontáneos recurrentes, definidos como la pérdida de tres o más embarazos consecutivos. En este estudio, el equipo de Brosens observó muestras de tejido de la cubierta del útero donadas por 106 mujeres que estaban siendo tratadas por infertilidad sin explicación o por abortos espontáneos recurrentes. Aquellas mujeres con infertilidad sin explicación habían estado intentando quedar embarazadas por dos años o más, y se habían descartado en ellas las causas más comunes de infertilidad. Los expertos hallaron que la cubierta del útero de esas mujeres tenía altos niveles de la enzima SGK1, mientras que las pacientes que sufrían abortos recurrentes presentaban poca cantidad de SGK1. En otros experimentos con ratones, el equipo halló que los niveles de SGK1 en la cubierta uterina disminuían durante la ventana de fertilidad de los roedores. Cuando los investigadores implantaron copias adicionales de un gen SGK1 en la cubierta uterina, los ratones no podían concebir. Esto sugiere que una caída en los niveles de SGK1 es esencial para que el útero pueda recibir al embrión, indicaron los expertos.
El equipo indicó que cualquier tratamiento futuro de la infertilidad que bloquee la SGK1 tendría que tener un efecto breve, dado que los niveles bajos de SGK1 luego de la concepción parecen estar relacionados con el aborto espontáneo. “Los niveles bajos de SGK1 vuelven a la cubierta del útero vulnerable al estrés celular, lo que explicaría por qué la baja cantidad de SGK1 era más común en las mujeres que tenían abortos espontáneos recurrentes”, dijo Madhuri Salker, del Imperial College, quien también trabajó en el estudio. “En el futuro, podríamos tomar biopsias de la cubierta uterina para identificar anormalidades que puedan darle un mayor riesgo de complicaciones al embarazo, como para poder empezar a tratarlas antes de concebir”, agregó.
La imagen de una mujer que supera los 50 años, desnuda y embarazada, en la tapa de la revista New York Magazine despertó una inusual polémica. La ilustración funciona de disparador para debatir sobre las madres primerizas que han cumplido más de medio siglo de edad.
El artículo se basa en la historia de John Ross y Ann Maloney quienes cuando se conocieron tenían 54 y 47 años. Ella había fracasado en un primer matrimonio y cuando se mudo de Texas a Nueva York conoció a su actual marido. Ambos acudieron a un donante de esperma y se concibió el embarazo. Tres años después repitieron el procedimiento y hoy la pareja tiene dos hijas: Isabella, de diez años, y Lily, de siete.
El artículo que despertó la polémica dice que según los últimos datos del Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU (de 2008), en dicho país nacieron unos 8.000 bebés de mujeres con más de 45 años. De ellas, 541 tenían más de 50. De igual modo ocurre con las adopciones. Casi un cuarto de los niños adoptados en Estados Unidos tiene padres que superan los 45 años. Uno de los testimonios que cita la revista estadounidense es el de Fiona Palin, quien intentó quedar embarazada a los 38, luego de varios tratamientos y tres abortos (el último, embarazada de trillizos) que la sumergieron en una profunda depresión. En agosto del año pasado ella y su marido, de 63, fecundaron un embrión congelado desde 2002. “Pensé que jamás funcionaría”, reconoce Fiona, que se enteró de su embarazo en el baño de un supermercado de Los Angeles, donde se hizo un test de orina. “Grité y lloré como una histérica. Si alguien me hubiera escuchado habría llamado a seguridad”. El debate es infinito y tiene tantas aristas como sentimientos.
Desde New York Magazine agregan que las parejas que tienen hijos a los 50 años, ya sean gays o heterosexuales, suelen ser de alto poder adquisitivo. El costo medio de un tratamiento, aunque puede subir hasta los 35.300 dólares si la donante es una joven educada en una universidad de élite. Un vientre de alquiler llega a los 110.000 dólares, mientras que la adopción está entre 20.000 y 41.000 dólares.
Al menos en lo que se refiere al gran hito de la reproducción asistida: conseguir el primer nacimiento de un bebé mediante fecundación in vitro (FIV). En 1973, el equipo en el que trabajaba Wood, en la Monash University de Melbourne, logró el primer embarazo obtenido gracias a esta técnica, que consiste en fecundar un óvulo en un laboratorio y transferir el embrión al útero madre, donde se desarrolla de forma similar a una concepción natural. La gestación no evolucionó adecuadamente y la madre no llegó a dar a luz.
Cinco años después, en Reino Unido, nació Louis Brown mediante este procedimiento, y el fisiólogo Robert G. Edwards se llevó todos los honores (compartidos con el ginecólogo Patrick Steptoe) por ser el primero en conseguir el alumbramiento de un bebé probeta. Edwards fue reconocido por este mérito con el Premio Nobel de Medicina en 2010. Pese a ello, a Wood y sus colaboradores se les reconoce su contribución al nacimientos de Brown gracias a los trabajos previos que desarrollaron y cimentaron el éxito de Edwards. Entre ellos destacan sus descubrimientos sobre la estimulación ovárica, una de las piezas clave de la fecundación in vitro. En 1983, su equipo consiguió -esta vez, sí- el primer nacimiento de un bebé a partir de un embrión congelado concebido por FIV. La congelación de embriones es actualmente una técnica generalizada en los procesos de reproducción asistida, que permite almacenar los óvulos fecundados. Después de haber contribuido al nacimiento de unos 45.000 niños gracias a la reproducción asistida, Wood llevaba retirado desde 2002. Dos años después se le diagnosticó la enfermedad de Alzheimer.
Transferir uno sólo embrión a la mujer durante la fecundación ‘in vitro’ (FIV) no reduce sus posibilidades de quedarse embarazadas, sino que podría hacer que menos mujeres dieran a luz gemelos, con todos los riesgos de salud que comporta. Así lo ha demostrado un estudio de la University of Iowa, en Iowa (Estados Unidos), cuyos resultados se publican en la revista especializada ‘Fertility and Sterility’.
Tradicionalmente, la FIV implica la transferencia de varios embriones, lo que incrementa las posibilidades de que la mujer tenga un embarazo de gemelos u otros embarazos múltiples. Además, aumenta los riesgo para madre y bebé, tanto de sufrir diabetes durante el embarazo como de nacimiento prematuro o parálisis cerebral.
Según la líder de este estudio, Jessica Kresowik, de la University of Iowa, las últimas tecnologías han contribuido a aumentar los nacimientos si se utiliza un único embrión en mujeres más jóvenes de las que se cree pueden tener oportunidades de quedarse embarazadas. “Antes, era necesario implantar embriones múltiples para mantener estas tasas de embarazo”, reconoce la investigadora, añadiendo que, antes de que mejorase esta tecnología, se tenían que usar seis embriones a la vez, con la esperanza de que alguno lograse el embarazo.
Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, no se deberían transferir más de dos embriones a mujeres menores de 35 años. Kresowik recuerda que los bebés concebidos a través de FIV suponen sólo el 1 por ciento de los nacimientos que se producen en Estados Unidos cada año. Sin embargo, apunta, la FIV es responsable del 17 por ciento de los gemelos. La clínica de fertilidad de Kresowik implantó como política en el año 2004 el uso de un sólo embrión para la FIV en todas las mujeres menores de 38 años que estaban recibiendo su primera sesión de FIV y presentaban otras señales que hacían prever buenos resultados en la búsqueda de un embarazo. Los datos de los cinco años antes y después de implantar esta política mostraron que la tasa de nacimientos no sufrió con esta decisión. De hecho, mejoró. Antes de que se implantara la política de uso de un sólo embrión, el 51 por ciento de todas las mujeres menores de 38 años conseguían un embarazo y daban a luz un bebé, en comparación con el 56 por ciento de las que lo consiguieron después. La proporción de embarazos múltiples cayó del 35 por ciento a menos del 18 por ciento. Entre las 364 mujeres que cumplieron los criterios y recibieron un único embrión desde 2004 en adelante, el 65 por ciento dio a luz a un bebé vivo y sólo el 3 por ciento tuvo gemelos.
La Coordinadora Girasol LGTB del Sur, en una campaña electoral en la que los derechos de las personas homosexuales, transexuales y bisexuales están en juego, con declaraciones ambiguas o directamente contrarias a las familias homoparentales y los matrimonios entre personas del mismo sexo, exige a todos y cada uno de los partidos políticos que concurren en las elecciones generales del 20 de noviembre “su nítido compromiso con la defensa de los derechos conquistados por lesbianas, gays, transexuales y bisexuales“. De esta manera, solicita “el reconocimiento del derecho al matrimonio para las parejas formadas por personas del mismo sexo y del derecho al cambio de nombre y sexo para las personas transexuales con un procedimiento administrativo y sin la necesidad de la cirugía genital”, ha indicado en una nota.
Las líneas de actuación en política social, educativa, sanitaria, en política exterior y en cualquier otro ámbito han de estar impregnadas de las convicciones y ética democráticas que son las únicas que pueden hacer un mundo “más igual, más libre, más respetuoso con la diversidad y la dignidad de todas las personas”.
Por ello, plantea a las diferentes fuerzas políticas propuestas en el ámbito familiar como la contemplación de la diversidad familiar y garantizar los derechos de los menores, de los padres y madres, así como modificar la Ley de Reproducción Asistida para permitir la cesión de óvulos en el seno de los matrimonios entre dos mujeres, el reconocimiento del derecho a la adopción y la filiación conjunta o que se facilite en los centros sanitarios la posibilidad de que se lleve a cabo la congelación de óvulos y esperma antes de iniciar los procesos de hormonación por parte de las personas transexuales.
En el ámbito educativo, pide fomentar el respeto a la diversidad afectivo-sexual, y el campo sanitario, espera que los partidos políticos trabajen en consideración de la infección por VIH como “una verdadera cuestión de Estado”, acciones informativas y formativas destinadas al personal sanitario sobre la salud de las personas LGTB y contemplando esos conocimientos en su formación inicial y permanente y facilitando trato igualitario, digno y respetuoso de las personas LGTB en los entornos sanitarios.
Por otro lado, pide impulsar la formación específica para los agentes sociales sobre la realidad y promoción de la igualdad del colectivo LGTB en el ámbito laboral, favorecer el conocimiento de la realidad LGTB por parte del personal de las administraciones de justicia y de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del estado o facilitar el uso de preservativos en los centros carcelarios.
También la Coordinadora Girasol solicita medidas que no son exclusivas en favor del colectivo, como las referentes a la eliminación de los privilegios de la Iglesia Católica frente a otras entidades por parte del Estado, como por ejemplo, la eliminación de la financiación del IRPF y otros privilegios fiscales, la equiparación jurídica y eliminación de privilegios ante los tribunales, y el trato igualitario frente a la administración pública en otros aspectos que conciernen a su actividad, contrataciones, apertura de centros y ocupación de la vía pública.