La última noticia relacionada con la reproducción humana se ha producido en un hospital maternal de Moscú: tres niños y una niña han nacido tres años después de la muerte de su padre.
El “milagro” ha sido posible gracias al programa de madres suplentes. Aunque el registro civil se niega a inscribir a los niños. Tres niños posan sonrientes frente a la cámara mientras la cuarta, la pequeña María, empieza a cantar. “Mi hijo quería tener una niña. Fue él quien eligió el nombre de María, en honor a la Virgen”, nos cuenta la abuela de los retoños, Lamara Kelecheva.
“La familia era lo que más le importaba”.
En mayo de 2005 los médicos le diagnosticaron a Mijaíl, hijo de Lamara, una leucemia aguda. Tenía veintitrés años y estudiaba en una universidad técnica de Grecia. Comenzó entonces una lucha por su vida que duró tres largos años. Antes de la quimioterapia propusieron al joven, como se hace habitualmente en estos casos, que hiciera una donación de semen para proceder a su conservación. Después de un tratamiento como la quimioterapia, las posibilidades de convertirse en padre son escasas, pero si lo desea, el enfermo puede utilizar su material genético, y gracias al programa de las madres suplentes, tener un hijo. Mijaíll deseaba ardientemente ser padre. En su amplia familia existe el culto a los niños. La abuela de Lamara tuvo diez hijos, su padre se apellidaba Feoharis, que significa “don de Dios”, porque nació cuando su padre contaba ya con cincuenta años. La propia Lamara es la mayor de tres hermanos. Los esfuerzos de los médicos por salvar a Mijaíll resultaron en vano. Tan solo la idea de poder hacer realidad el sueño de su hijo ayudaba a Lamara a soportar su pena.
La madre consultó al padre espiritual de su hijo para obtener su bendición, al padre superior del monasterio de la Santa Trinidad, situado cerca de Tesalónica. En un estado de gran confusión Lamara acudió ante el padre Kiril. Su marido se oponía categóricamente a los “niños póstumos”.
¿Qué pasaría si el padre no le daba su bendición?
Numerosos dirigentes de la iglesia condenan las técnicas de reproducción asistida. La conversación fue larga. “De repente, el padre Kiril me dio su bendición”, recuerda Lamara. “Se contentó con decir: que tenga hijos o no está en las manos del Señor”. Hacía falta encontrar a dos mujeres; una que aceptará donar sus óvulos, y otra que hiciera de madre suplente,es decir, que estuviera dispuesta a llevar al bebé. Evidentemente, también hacía falta dinero porque una madre suplente cuesta 10.000 rublos (250 euros). Fue capaz de recaudar esta cantidad gracias a las aportaciones de su gran familia, en la que no tenían la costumbre de dividir a los niños entre “los nuestros” y “los suyos”. Lamara Kelesheva tiene primos en Rusia, Ucrania, Georgia y Grecia; un total de cuarenta y seis. En un principio, Lamara se dirigió a una clínica de Georgia. Realizó cinco intentos sin éxito. Cuando estaban agotadas casi todas las posibilidades le aconsejaron que lo intentara en una clínica de Donetsk. Con el objetivo de aumentar la probabilidad de éxito, se le convenció de que debía contar con dos madres suplentes. Ambas se quedaron embarazadas al primer intento , lo cual es poco frecuente. La ecografía reveló que ninguna de ellas estaba embarazada de gemelos, pero entonces, El 6 de enero de 2011, Ioannis y Feoharis nacieron en un hospital maternal de Moscú. Dos días después fue el turno de Mijaíll y María. Lamara muestra dos fotos: en ambas parece verse la misma y única cara. “Son la viva imagen de Mijaíl.”, dice con una gran sonrisa. “Su parecido es sorprendente”.
Seis atentas manos cuidan de esta “pequeña guardería”. Lamara, su hermana pequeña y una canguro. El marido se divorció poco antes del nacimiento de los pequeños, a los que aún no ha visto. En la actualidad, la feliz familia vive en una casa de campo. Los niños serán bautizados pronto, y los padrinos y madrinas vendrán, no solamente de Rusia, sino también de Ucrania, Georgia y Grecia. Lamara ya se deleita pensando en los idiomas que enseñará a los niños, ya que ella habla inglés, francés, georgiano, turco y griego. No duda en que les proporcionará todo aquello que necesiten para ser felices. Nos asegura que posee bastante dinero para criarlos, y la suficiente fuerza, a pesar de sus 57 años. Aunque hay un problema. Han pasado cinco meses desde el nacimiento y los niños todavía no tienen partida de nacimiento. La oficina del registro civil se niega a inscribirlos, argumentando que solo las parejas casadas pueden recurrir a los servicios de las madres suplentes. Lamara se dirigió entonces a los tribunales.
En verano de 2010, la justicia creó un precedente al inscribir a un niño nacido de un padre soltero en el marco del programa de madres suplentes. Por primera vez, no solamente en Rusia, sino también en Europa, un padre soltero obtenía una partida de nacimiento para un niño con una raya en la casilla “madre”. Aunque en el caso de Lamara Kelesheva, el tribunal tomó la decisión contraria, indicando que para una solución favorable, hacía falta un cónyuge. Curiosamente, los jueces del mismo tribunal, tienen interpretaciones contradictorias de la ley. La señora Lamara no se va a quedar ahí y ya ha presentado un recurso ante una autoridad superior.
“Si después de esta iniciativa, los niños no salen de este vacío jurídico, me dirigiré al Tribunal Supremo.Quiero que los inscriban conmigo como su madre”, afirma.
Al observar los diminutos movimientos palpitantes de un óvulo de ratón recién fecundado, varios investigadores en un nuevo estudio han sido capaces de determinar qué óvulos tenían más probabilidades de producir ratones sanos. El mismo procedimiento debería funcionar con óvulos humanos, según afirmaron los investigadores, abriendo la posibilidad de mejorar drásticamente las tasas de éxito de la fertilización in vitro.
En un artículo publicado en la edición actual de “Nature Communications”, los investigadores descubrieron que el interior de un óvulo recién fecundado vibra lentamente, y que la velocidad y dirección de estos movimientos estaba asociada con la probabilidad de éxito del óvulo. Utilizando fotografía de alta velocidad, los investigadores pudieron predecir horas después de la fecundación si el óvulo sería o no viable -este es el método más rápido y temprano jamás concebido, afirma la autora principal del artículo, Magdalena Zernicka-Goetz, de la Universidad de Cambridge (Estados UNidos).
El método puede ser más seguro que las técnicas actuales, que requieren la eliminación de células del embrión en desarrollo para determinar su viabilidad. Los investigadores no han probado este método aún con óvulos humanos, pero afirman que no hay razón por la que no pudiera funcionar. “El mismo tipo de movimientos se dan en los óvulos humanos después de la fertilización-lo hemos comprobado”, aseguró Zernicka-Goetz en una conferencia de prensa. “Estamos en conversaciones con una clínica de fertilización in vitro en el Reino Unido para iniciar estas pruebas con embriones humanos”. Los médicos llevan buscando desde hace tiempo una forma de juzgar si vale la pena o no implantar un embrión determinado. Esto es particularmente importante en Estados Unidos puesto que el seguro médico a menudo no cubre la fertilización in vitro, y muchos futuros padres no pueden pagar el costoso procedimiento más de una vez o dos, afirma Andrew La Barbera, director científico de la Asociación Americana de Medicina Reproductiva.
Los médicos a menudo implantan varios embriones para aumentar las probabilidades de que una mujer quede embarazada con éxito.
Sin embargo, esto también aumenta las probabilidades de gemelos y otros nacimientos múltiples, lo que aumenta el riesgo para los recién nacidos. Mediante el uso de una cámara de alta velocidad, los investigadores pudieron observar que el citoplasma -el líquido que rodea los orgánulos de la célula- comenzó a moverse más rápidamente después de la fecundación. Ese pulso duró cerca de cuatro horas, aunque creció y menguó en tres etapas distintas. La dirección del movimiento también cambió durante estos períodos. Las vibraciones se desaceleraron una vez que se formó el núcleo de la célula. La Barbera está de acuerdo en que los embriones humanos probablemente muestren movimientos similares, y para ella el artículo es elegante y novedoso.
Sin embargo duda de que este tipo de prueba pudiera ser tan predictiva con óvulos humanos, tal y como los investigadores de Cambridge creen que es con óvulos de ratones. Las parejas humanas tienen una diversidad genética mucho mayor que los ratones consanguíneos usados en la investigación, afirma La Barbera, y las mujeres de avanzada edad pueden poseer defectos en los óvulos que podrían no ser visibles con esta técnica.
En este caso, el Dr. Campos cuestiona la limitación en los tratamientos ateniéndose sólo a la edad de la paciente.
Dr. Campos explíquenos en qué consiste este caso. El caso que deseamos exponer trata de una pareja casada, de 41 años ella y 46 él sin hijos y que buscaban un embarazo desde hacía más de 2 años. Acudieron por primera vez a nuestro Centro de Reproducción Ufeal buscando ayuda médica, a principios del presente año 2008.
¿Que pruebas se realizaron y que patología presentaban los pacientes? La paciente carecía de antecedentes patológicos, nunca había estado embarazada, gozaba de buena salud, índice de masa corporal de 21 (normal) y ciclos menstruales regulares. El estudio físico, ecográfico e histerosalpingográfico mostró normalidad anátomica y los análisis hormonales del 3º día indicaron asimismo normalidad fisiológica. Al marido, que también disfrutaba de una salud excelente, se le realizó un seminograma que resultó normal, serología de hepatitis B y C, Lues y HIV: negativas en ambos. Todas estas pruebas concluyeron en un diagnostico de esterilidad primaria de origen desconocido.
¿Qué tratamiento se les aconsejó? Se les aconsejó iniciar ciclos de inseminación artificial conyugal (IAC) y se realizaron 3 ciclos sin conseguir la gestación. En las estimulaciones ováricas se utilizaron cifras promedio por ciclo de 520 UI de FSHr obteniéndose 2-3 folículos mayores de 18mm en cada ciclo. Es decir, se obtuvo buena respuesta ovárica con escasa estimulación hormonal. A continuación, se les aconsejo acogerse a un programa de fecundación in vitro (FIV) y dado que disponían de la posibilidad de acudir de forma gratuita a un Centro de la Seguridad Social o de una Compañía de Seguros Privada de ámbito nacional, así lo hicieron, obteniendo una negativa para la realización del tratamiento en ambas instituciones por ser la mujer mayor de 40 años. Volvieron nuevamente a nuestro Centro y se les realizó, en Septiembre, un ciclo de FIV-ICSI en el que se utilizó un protocolo con antagonistas y FSHr con 2375 Unidades. Se obtuvieron 11 ovocitos y al 3º día se consiguieron 7 embriones con buen aspecto, transfiriéndose 3 embriones y criopreservando mediante vitrificación 4. La mujer quedó gestante en el primer intento con un embrión que actualmente en estadio fetal se desarrolla con normalidad. Fecundación in vitro en mujer de 42 años.
¿Debe ser la edad un factor limitante? Desearíamos aprovechar la ocasión para cuestionar o por lo menos apuntar dudas sobre la conveniencia de privar o negar la posibilidad de iniciar un ciclo de fiv en las mujeres, ateniéndose sólo a una edad determinada, en este caso 40 años. Sabemos la baja tasa de embarazos en los primeros años de la cuarentena tanto en inseminación artificial (11%), como en fiv (15%) pero la edad no debería ser de entrada, un criterio excluyente, si no las características de la paciente. Estas características deberían establecerse en función de los parámetros fisiológicos basales y funcionales y de la ponderación de todos estos factores surgiría el camino a tomar. En ocasiones, se inician ciclos de estimulación ovárica para FIV, de “prueba”, partiendo de condiciones o características iniciales deficientes, con escasas posibilidades de éxito, ya que con exactitud no podemos predecir cual será la respuesta, y en todos los Centros de Reproducción se han conseguido embarazos, que a priori tenían pocas probabilidades. En el caso descrito, se partía de condiciones favorables (valores hormonales y buena respuesta ovárica en la inseminación artificial) que hubieran debido tenerse en cuenta y no únicamente la edad, y claro está que siempre estaremos a tiempo si falla la estimulación para fiv de aconsejar la ovodonación. Se pasa por alto en este caso el factor edad en el hombre, como determinante de pérdida de calidad seminal y por tanto capacidad fecundante, pues por lo visto, el varón no está sujeto a leyes restrictivas por la edad, si no solamente a las que de forma natural establece la vejez… y la gravedad.
El Instituto Europeo de Fertilidad (Madrid) y Sistemas Genómicos (Valencia) consiguen, por primera vez en España, que una mujer con “isoinmunización grave al factor Rh” quede embarazada de un feto con un Rh compatible con el suyo. Esta era, y sigue siendo, su mejor opción de poder tener hijos ya que en el seguimiento de su primer embarazo no se le administró la medicación habitual de estos casos. Por eso la mujer genera anticuerpos que destruyen los glóbulos rojos del feto, amenazando seriamente su vida, en caso de tener un Rh diferente al de ella.
El logro ha sido posible gracias a la aplicación de la técnica del Diagnóstico Genético Preimplantación basada en la selección genética de embriones. Hecho que implica el uso combinado de técnicas de reproducción asistida y de genética molecular y, por tanto, la necesidad de estrecha colaboración entre un centro de reproducción asistida y un laboratorio de genética altamente especializados, tal y como ha sucedido en este caso. El ciclo de fiv se llevó a cabo en el Instituto Europeo de Fertilidad de Madrid, que dirige el Dr. Alfonso de La Fuente.
Tras estudiar previamente a la pareja para descartar cualquier patología asociada y adecuar el tratamiento de estimulación ovárica dentro del ciclo de FIV, se obtuvieron 4 embriones. Se biopsiaron una o dos células de cada uno de los embriones obtenidos y se trasladaron a valencia el mismo día para su análisis y diagnóstico en el laboratorio de DGP molecular de Sistemas Genómicos. Los resultados determinaron que sólo uno de los embriones era Rh-negativo y por tanto compatible con la madre. Ese único embrión fue el que se transfirió al útero materno, implantó y se consiguió el feliz embarazo que actualmente está en curso y se encuentra en su 20ª semana de gestación.
También se expresaban reservas similares con respecto del uso de anticonceptivos hormonales inyectables. No existen pruebas concluyentes de que la anticoncepción hormonal, ya sea oral o inyectable, sea perjudicial en cualquier forma para la fertilidad posterior de la mujer. Sin embargo, varios estudios acerca de los conocimientos y las actitudes respecto de la esterilidad en los países en desarrollo han demostrado que existen creencias negativas con respecto a los anticonceptivos y su impacto en la fecundidad posterior.
Algunos comentarios típicos de hombres y mujeres en algunos países en vías de desarrollo son
– “Los anticonceptivos modernos provocan la esterilidad en hombres y mujeres, pero especialmente en las mujeres sin hijos”
– “Las píldoras se acumulan en el útero y provocan llagas en el útero”
– “El uso frecuente de condones irá debilitando la fortaleza del hombre, lo que puede resultar en la impotencia”
– “El DIU se interna más y más en el cuerpo de la mujer. Puede que en el transcurso del coito se lo empuje y termine alojándose en la garganta o en el cerebro de la mujer.”
Hacia fines de los años 70 un dispositivo intrauterino (DIU) llamado Dalkon Shield fue distribuido en gran medida en los países desarrollados. Posteriormente se descubrió que había una relación entre el Dalkon Shield y los abortos sépticos en mujeres que quedaron embarazadas mientras usaban el dispositivo. A causa de este problema, se asumió que todos los tipos de DIU tenían efectos similares. Sin embargo, se ha demostrado que la alta frecuencia de abortos sépticos del Dalkon Shield puede atribuirse al ascenso de bacterias vaginales a la cavidad uterina por el único hilo que venía unido al Dalkon Shield. Estudios posteriores han demostrado que las mujeres con relaciones monógamas estables que utilizan un DIU no corren mayores riesgos de infección pélvica que las mujeres que usan otros métodos anticonceptivos no hormonales.
Ya sea por aspiraciones laborales, muchas veces también por presiones, o porqueno se encuentra la pareja adecuada (o simplemente porque se ha convertido en una norma social), lo cierto es que las mujeres en España tardan, cada vez más, en dar a luz a su primer hijo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la edad media en la que se afronta la maternidad en España en la actualidad es de 29 años. Conscientes de esta realidad, algunas féminas, con el fin de intentar evitar problemas futuros de fertilidad, optan por un tratamiento que, en estos momentos, parece vivir cierta efervescencia: la congelación de óvulos propios. “A edad más avanzada, más difícil es quedarse embarazada. La fisiología de la mujer lo marca así.
“La edad es el factor que influye más en la probabilidad de embarazo que tiene una mujer“, explica a LaVanguardia.com el doctor y jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción del Instituto Universitario Dexeus, Buenaventura Coroleu. “Cuando una niña nace, nace con un número de óvulos para toda su vida reproductiva. Una disminución de este potencial de ovulación y de reserva folicular hace que incrementen los problemas de esterilidad. No es lo mismo una mujer que busca un embarazo a los 30 años, que una que lo busca a los 39″, añade. Es por ello que algunas mujeres jóvenes, con pocas o nulas intenciones de ser madres a corto plazo, empiezan a optar por la congelación de sus óvulos a sabiendas de que a más edad, más difícil es quedarse en estado. “Es una cosa (la congelación de óvulos) que va a más de manera clara” –argumenta Coroleu-. “Hemos visto una tendencia en el último año de incremento de las solicitudes. Lo que pasa es que todavía el número de personas que acaban haciendo una preservación de fertilidad es limitado. En los últimos seis meses hemos llevado a cabo diez casos en nuestro centro. Un 50% de las pacientes que hacen la consulta acaban haciendo la preservación de fertilidad”, relata. El procedimiento es sencillo. Se hace “un diagnóstico para saber cómo está el perfil de ovulación y, posteriormente, se inicia un tratamiento de activación de la ovulación, como hace una paciente de fecundación ‘in vitro’. Se efectúa la punción, se extraen los óvulos y se congelan”.
Esta práctica, sobre todo en sus inicios y todavía ahora, se estila más entre mujeres con algún tipo de patología, como puede ser cáncer de mama o alguna dolencia hematológica. Con la esperanza de superar con el tiempo la enfermedad, congelaban, y congelan, sus óvulos para algún día poder ser madres. Aunque la preservación del óvulo no es del 100%, el congelado se comporta igual que un óvulo ‘fresco’. “La supervivencia de los óvulos congelados y la tasa de fecundación y de embarazo que se tiene con éstos es similar a lo que sucede con un óvulo ‘normal’”, esgrime Coroleu.
El coste de este tratamiento, quizás no al alcanze de todos los bolsillos, se asimilaría a la de una fecundación ‘in vitro’. “Si una ‘in vitro’ estaría cerca, dependiendo de cada centro, de los 4.000/5.000 euros, la primera fase del proceso (de congelación de óvulos) ascendería a la mitad. Sería el proceso de tratamiento y control del mismo, y la extracción de los óvulos. Todo el proceso de fecundación de los óvulos y de transferencia de los embriones se haría a posteriori”, aclara el doctor. A dichas cantidades, habría que añadirle otra suma en concepto de mantenimiento. “Puede ascender a 300 euros anuales. Son los gastos que suponen, por ejemplo, el nitrógeno utilizado y asegurar que los óvulos estén en perfecto estado”, concluye Coroleu. La Ley contempla que se pueden guardar los óvulos congelados hasta que la mujer esté dentro de la edad fértil. “Los 50 años es la limitación que nosotros contemplamos, también la Sociedad Española de Fertilidad. De momento no nos hemos encontrado con ninguna paciente, con óvulos congelados, que haya sobrepasado esa edad. Si se diera dicha situación, tendríamos que consultarlo con la Comisión Nacional de Reproducción Asistida para decidir qué hacemos con ellos”, sentencia el doctor.
A mayor edad, más riesgo de aborto
Hay una relación entre el riesgo de sufrir un aborto espontáneo y la edad materna. “Cada vez vamos retrasando más la edad de la maternidad. La mujeres, hace cinco años, quedaban embarazadas un año y medio antes que en la actualidad. Esto ha repercutido en que el número de abortos haya aumentado un poco”, recuerda el responsable del Servicio de Obstetricia del Instituto Universitario Dexeus, el doctor Bernat Serra. Según los datos que barajan en este centro, en la última década ha habido un aumento de abortos espontáneos con relación a los nacimientos acaecidos. Si en el año 2000 había un 12,93% de legrados (raspados) con respecto al total de partos, en 2009 dicho tanto por ciento había aumentado hasta el 14,14.
Cabe remarcar, sin embargo, que en el año 2010 hubo una disminución de la incidencia (situándose el dato en un 12,50%). Donde se atisbó una evolución sostenida fue entre los años 2003 y 2007 (se pasó de un 12,44% a un 14,66%). Este aumento se explicaría, en parte, por el hecho de que las mujeres acceden a tener su primer hijo cada vez más tarde (con los riesgos que esto implica), pero también por otras causas que también hay que tener en cuenta. “Que aumente la incidencia de los abortos también puede ser porque ahora se diagnostican más.
Antes, mucha gente tenía un aborto pero lo percibía como un retraso de la regla. Ahora que las pruebas de embarazo son tan fáciles de hacer, comporta que haya más diagnósticos que antes”, explica el doctor Serra. “También, el hecho de que ahora se retrase el momento de la maternidad conlleva que cuando quieres tener un hijo lo quieras ya, lo que significa que estás mucho más pendiente del embarazo y te haces la prueba a la mínima falta. Eso hace que se diagnostiquen más que antes y que la gente, en el caso de que suceda, sea más consciente de que ha tenido un aborto porque lo ha seguido de cerca”, añade.
Más allá del aborto, puede haber otras complicaciones
El aborto espontáneo no es el único peligro que acecha a aquellas mujeres que han decidido tener un hijo más tarde de lo que la naturaleza aconsejaría. “A más edad materna, más aumenta el riesgo de que el feto pueda padecer anomalías cromosómicas”, recuerda Bernat Serra. “El síndrome de Down es mucho más frecuente entre mujeres de más edad que entre las jóvenes. Es una progresión que va subiendo a medida que avanza la edad. En una mujer joven es poco frecuente, en una de 35 años el riesgo es de uno de 150 nacimientos, y en una paciente de 40 años es de uno de 50.
El riesgo de que sea prematuro también crece, porque aumenta la incidencia de restricción de crecimiento y que se tenga que finalizar el embarazo porque dentro de la matriz la criatura podría correr cierto riesgo.
Esto es como en el mundo del deporte: a mayor envejecimiento de los tejidos, más dificultad de que llegue la sangre a ellos y de que funcionen correctamente”. Veremos si, con el paso del tiempo, esta modalidad de congelar los óvulos propios sigue aumentando para acabar consolidándose como una práctica más o, por el contrario, se queda en una moda del momento que no acaba de fructificar. Todo parece indicar, no obstante, que a esta práctica se acogerán, cada vez más, muchas mujeres.
http://www.lainfertilidad.com/profesionales/centros-de-fertilidad/usp-dexeus-murcia.html