La insulina inhibe la hormona del crecimiento. La hormona de crecimiento quema las grasas mientras que la insulina provoca su acumulación. Si los niveles de hormonas del crecimiento se reducen, se produce un círculo vicioso de envejecimiento. Engordas y liberas menos hormonas de crecimiento y consecuentemente los niveles de las hormonas de crecimiento estarán mas bajos que los de la insulina.
La insulina acelera la regeneración celular, es decir, un envejecimiento acelerado. Una dieta rica en azúcar, alcohol y carbohidratos refinado eleva los niveles de insulina, y a la vez anula la liberación de la hormona de crecimiento y en consecuencia afecta a la fertilidad.
La insulina estimula la liberación de hidrocortisona o cortisol de las glándulas adrenales. El cortisol compite con la hormona esteroide maestra DHEA, la que es una de las más poderosas hormonas regenerativas y procreativas del cuerpo humano, que convierte tanto en testosterona como en estrógeno.
La insulina la podemos controlar comiendo alimentos con bajo índice glucémico (IC). La glucosa (azúcar puro) alcanza la puntuación de 100 en este índice, la mayoría de verduras tienen un bajo índice glucémico, al igual que la mayoría de frutas.
Cuanta más fibra contiene un alimento, menor es el índice glucémico.
La insulina está directamente relacionada con la fertilidad de la mujer. Durante la primera mitad del ciclo, cuando los estrógenos son las hormonas más dominantes, la mujer está más sensible a la insulina y glucosa, logrando su metabolización.
Desde la ovulación hasta la menstruación, sube el nivel de progesterona y la mujer se vuelve más resistente a la insulina. El cuerpo deja de lado las grasas para prepararse para la gestación y sus células se vuelven inmunes a la insulina, por lo tanto el páncreas segrega más hormonas de lo habitual.
La insulina provoca que las enzimas produzcan más andrógenos en el ovario en proporción al nivel normal de estrógenos. El exceso de andrógenos anula la liberación del óvulo causando ciclos irregulares o la ausencia de ellos. Este fenómeno se ve en mujeres que sufren el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP)
El Zinc es la super estrella de los minerales de la fertilidad. El zinc es importante para el funcionamiento de los órganos reproductivos.
Para los hombres el zinc es esencial para que los testículos produzcan un esperma saludable.
Los hombres pierden aproximadamente un 9% de su ingesta diaria de zinc con cada eyaculación. Es importante que mantengan una cantidad adecuada de zinc y para asegurarse de ello, los sumplementos son una buena solución.
Para las mujeres, el zinc es necesario para formar y mantener las hormonas de la reprodución, estrógeno y progesterona .
Hay un numero de de estudios que también señalan al zinc como vital tanto para hombres como para mujeres por que es un componente esencial de material genético y su deficiencia puede causar cambios en los cromosomas que pueden llegar a provocar un aborto espontáneo. Sin zinc, la división celular de la concepción no puede realizarse apropiadamente .
Cuando las parejas siguen un tratamiento de fecunadación in vitro (FIV), los ovocitos fertilizados solo pueden ser implantados una vez que se ha producido la adecuada división celular, la que está supeditada en que tanto los espermatozoides como los óvulos tengan adecuados niveles de zinc.
El zinc también ayuda para la absorción del ácido fólico, una de las más importantes vitaminas del antienvejecimiento que aseguran la duplicación celular perfecta en el cuerpo humano, y es clave para el desarrollo del feto durante las primeras etapas de gestación.
Entre los alimentos de la fertilidad, fuentes de zinc se incluyen en: alfalfa, almendras, levadura de cerveza , zanahoria, algas dulces, verduras de hoja verde, hongos, avena, pacanas y semillas de calabaza. Otras fuentes que pueden mencionar: huevos y mariscos, particularmente las ostras y algas.
Las parejas sometidas a la presión y estrés que representa el hecho de no poder concebir no necesitan que nadie les diga:
“relájate y te quedarás embarazada”, “iros de viaje y olvídate del tema”, “disfruta de tus sobrinos, no pienses en el asunto”…
Cualquier comentario parecido es como si clavaran un puñal en el corazón de la persona afectada… Es desagradable oirlos pero lamentamos reconocer que tienen parte de razón.
Dos estudios demuestran que si la mujer está obsesionada por quedar embarazada, puede llegar a liberar óvulos inmaduros que no podrán ser fertilizados. También se ha descubierto que el estrés produce espasmos en las trompas de Falopio dificultando el viaje de los espermatozoides.
Se han oido historias de parejas que lograron el embarazo después de tramitar la adopción.
Parece una fórmula secreta de los brujos de una aldea de África pero en muchos casos de infertilidad de origen desconocido es real.
Las hormonas están en constante movimiento dentro del flujo sanguíneo a través de diferentes células. Una vez alcanzan su destino, se adhieren a la superficie de la célula en puntos denominados receptores, provocando una reacción determinada.
La fertilidad no depende exclusivamente de las hormonas sexuales. Para una perfecta salud reproductiva, las principales glándulas endocrinas, deben estar funcionando correctamente, produciendo los adecualdos niveles de hormonas.
La pituitaria libera un gran número de hormonas siendo las más abundantes las hormonas del crecimiento. Responsables de la regeneración celular. Las hormonas del crecimiento han sido el foco de diversas investigaciones relativas al envejecimiento desde que se descubrió que van menguando con la edad.
En el ser humano, a partir de los 30 años, los niveles de dichas hormonas se reducen en un 14% cada década
A los 20 años producen 500mcg, a los 40 años generalmente se reduce a 400 mcg y al alcanzar los 80, apenas llega al nivel de los 25 mcg.
Los estudios han demostrado que la disminución de las hormonas de crecimiento de la pituitaria parecen actuar como un disparador de una disminución en cascada de todas las hormonas necesarias para la fertilidad y la líbido. Sin embargo, al potenciar los niveles de las hormonas del crecimiento, también se incrementa el nivel de hormonas sexuales.
Mediante una dieta adecuada y hábitos saludables, estos niveles hormonales pueden aumentar haciendo que las posibilidades de éxito en un tratamiento de fertilidad aumenten también.
En lenguaje común, se llaman frutas del bosque a las frutitas pequeñas, dulces (o ácidas), jugosas e intensamente coloreadas sacadas de arbustos silvestres. El contraste con los colores de fondo, las frutas del bosque son más atractivas a los animales que las ven, ayudando a la dispersión de las semillas de la planta. La mayoría de las bayas silvestres son frutas del bosque comestibles, pero se debe tener cuidado porque algunas son venenosas. Sus fuertes colores son pigmentos sintetizados por la planta.
Algunas investigaciones han descubierto propiedades medicinales de los polifenoles pigmentados, como flavonoide, antocianina, tanino y otros fitoquímicos localizados principalmente en la piel y semillas. Muchos frutas del bosque tienen pigmentos antioxidantes y una alta capacidad de absorción de radicales de oxígeno (“ORAC”) entre alimentos vegetales.
Tanto los arándanos como las zarzamoras, grosellas y fresas están enriquecidas con vitamina C y otros fitonutrientes.
Son poderosos antioxidantes y protegen tanto a los espermatozoides como a los óvulos de daño celular.
La vitamina C es el mejor tónico para el esperma; aumenta su cantidad, movilidad, además de protegerlo de apelmazamiento en grumos y defectos genéticos.
En el centro de la investigación nutricional, al escribir este capítulo, se encuentra en la información, no solamente sobre las enzimas . Las viejas escuelas sobre nutrición se interesaban principalmente por la división de los alimentos en las categorías básicas de carbohidratos , grasas y proteínas; esto puede parecer la edad Media alimenticia una vez que se conoce y se aprecia en su totalidad de cuadro completo del impacto de los aminoácidos en la salud, la fertilidad y la vitalidad.
Las cadenas de aminoácidos que forman las proteínas son la segunda sustancia que más abunda en nuestros cuerpos después del agua. Ellas forman la estructura biomolecular de todas las células del cuerpo: los génes, la sangre, los tejidos, los músculos, las enzimas, lo más importante es que son uno de los mayores constitutivos de las hormonas.
Veinticuatro aminoácidos han sido identificados como necesarios para que el cuerpo pueda formar de 50.000 proteínas diferentes. el hígado produce alrededor del 60% de los aminoácidos que necesitamos.
Los aminoácidos má importante para la fertilidad son aquellos que además, aumentan la secreción d ela hormona de crcimiento. Los aminoácidos son los únicos nutrientes capaces d eaumentar la producción de la hormona de crecimiento nuevamente a su nivel óptimo, o a niveles de juventud.