La contaminación reduce los resultados de la fecundación in vitro
La contaminación también impacta en la reproducción asistida. La polución no solo está detrás de dolencias respiratorias y cardiovasculares, sino que también desempeña un papel en los resultados de la fecundación in vitro. Según un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, las mujeres que se someten a estos tratamientos y están expuestas a altos niveles de contaminación tienen un 25% más de riesgo de no lograr un embarazo. La probabilidad de un aborto espontáneo también aumenta un 40%.
Hace tiempo que se conoce el impacto de la contaminación en la fertilidad. La exposición a las partículas contaminantes reduce la calidad del semen y aumenta el riesgo de abortos espontáneos, señala el doctor Miguel Ángel Checa, jefe del Grupo de Investigación en Infertilidad de Barcelona del IMIM. “Ya había estudios retrospectivos, pero nosotros queríamos ver qué pasa en un colectivo vulnerable, como es la gente con problemas de fertilidad que se somete a fecundación in vitro”, apunta el investigador, que ha presentado el estudio en Simposio Internacional sobre Estilo de Vida y Fertilidad, celebrado este viernes en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona.
Los científicos reclutaron unas 200 pacientes que vivían en Barcelona. “Cuando venían a hacer la fecundación in vitro, les preguntábamos si querían participar y hacíamos estudios previos para descartar factores que pudiesen influir en la evolución del tratamiento”, explica Checa. Los investigadores tuvieron en cuenta, a través de unos medidores dispersos por la ciudad, los niveles de contaminantes atmosféricos 15 días antes de la implantación, 3 días antes, el mismo día y 7 días después.
La medición se centró en el NO2 y las partículas en suspensión, procedentes del tráfico rodado. El análisis previo de la población basal ya apuntó que la exposición media de las mujeres superaba las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. “Su exposición estaba por encima de los valores todos los días en Barcelona”, apostilla el investigador.
Los científicos analizaron 486 transferencias embrionarias. De ellas, 215 terminaron en gestación, aunque solo la mitad evolucionó en un embarazo. “Encontramos que la exposición a altos índices partículas en suspensión (PM2,5) aumenta un 25% el riesgo de que no se quede embarazada y un 40% el riesgo de aborto espontáneo”, asegura Checa. El elevada probabilidad de aborto, matiza el facultativo, responde a que se trata de un riesgo relativo, esto es, al compararlo con una población, de entrada, vulnerable, como las mujeres sometidas a una fecundación in vitro (aunque no estén expuestas a altos índices de polución). En este colectivo, el riesgo de aborto es del 10%, aunque puede alcanzar el 40%, dependiendo de la edad a la que se inicie el tratamiento.
Según el estudio, son los índices elevados de partículas en suspensión durante los tres días previos a la transferencia de embriones y el día de su realización los que impactan directamente en el mayor riesgo de aborto o de no lograr la gestación.
Los investigadores apuestan por incidir en políticas de regulación y organización del tráfico para combatir los efectos de la contaminación en la salud. “No solo nos estamos muriendo por enfermedades respiratorias. Nuestro sistema reproductivo también está afectado”, advierte el investigador. Los firmantes del estudio, cuyos resultados forman parte de la tesis doctoral de la doctora Mireia González, prevén publicar el hallazgo también en una revista científica.