El diagnóstico de infertilidad.
¿Cómo puede una persona saber si padece infertilidad? La infertilidad no produce un padecimiento físico observable, no existen manifestaciones físicas que indiquen que una persona es infértil, por lo que solo puede saberse cuando la persona intenta tener un hijo y no lo consigue después de más de un año de mantenimiento de relaciones sexuales continuadas.
Que la infertilidad no produzca un claro dolor físico no quiere decir que no sea una enfermedad. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se considera enfermedad la falta de salud, entendiéndose como la ausencia de bienestar físico, psíquico y social. Así que, aunque la infertilidad no suele producir un dolor físico, si que produce un enorme malestar psíquico y social.
Pero ¿Qué sucede cuando se recibe la noticia de infertilidad? El diagnóstico de infertilidad produce en un primer instante un shock en forma de sufrimiento (tanto en mujeres como en hombres) debido a que se vive como una pérdida de control de un área que se asumía como controlable, por lo que resulta difícil de aceptar. Se trata de un momento en el que las emociones se vuelven contradictorias y aparecen sentimientos de impotencia, culpa y frustración.
¿Cómo enfrentarse al diagnóstico de infertilidad?
Para enfrentarse al diagnóstico de infertilidad, es importante en muchas ocasiones, contar con apoyo psicológico que ayude a comprender el problema y reacomode el significado de la infertilidad para poder ejercer el control sobre la situación. Son muchos los deseos y sentimientos que se entremezclan y ponerlos en orden es una tarea importante que puede resultar difícil sin ayuda.
Algunas pautas que pueden ayudar a manejar esta nueva situación y conseguir un menor impacto emocional es centrarse en el problema y mantener una actitud positiva. Hay que afrontar el problema con optimismo y valorarlo como un reto por el que se puede luchar. Hay que buscar alternativas y emprender un nuevo camino, sopesando las distintas alternativas que pueden ayudar a solucionar este padecimiento.
Los tratamientos de reproducción asistida es una de las alternativas por las que se puede optar. Cuentan con distintos tipos de tratamiento adaptados a los diferentes tipos de infertilidad y a cada caso en particular que pueden ayudar a lograr el sueño de tener un hijo. Otras opciones serían adoptar o decidir vivir sin hijos. En el momento en el que se ponen en marcha alguna de estas alternativas, las emociones de impotencia, culpa y frustración experimentadas al principio se transforman en esperanza y optimismo al conseguir retomar el control del problema.